
El presidente de Talgo, Carlos Palacio Oriol / X
El 30% de Talgo vale en Bolsa 70 millones menos que el precio pactado por Jainaga
La evolución de la acción del fabricante de trenes en los mercados es un síntoma de las dificultades que enfrenta la compañía y alimenta las dudas en torno al desembarco de Sidenor, BBK, Vital y Gobierno vasco
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Han pasado más de dos meses desde que se anunció la compra del 30% de Talgo por un grupo de inversores vascos liderado por el empresario José Antonio Jainaga. Es ahora cuando, tras una larga caída y en un contexto de rebote de las bolsas, el precio de la acción de la compañía de ferrocarriles parece estabilizarse en el entorno de los 3 euros por acción, lejos de la estimación asociada a la oferta de Jainaga.
No es el peor valor histórico del fabricante de trenes, que llegó a moverse por debajo de ese listón en la segunda mitad de un 2022 negro marcado por el ajuste al mínimo del beneficio en un contexto de altísima inflación. A partir de ahí la valoración de Talgo en los mercados va inflándose al calor del intento de OPA de Magyar Vagon, que llega a catapultar la acción hasta rozar ese techo de 5 euros que ofrecía el grupo húngaro.
Y hasta ahí prácticamente tuvo que subir su oferta Jainaga para poder lanzar oficialmente ese preacuerdo con Trilantic en el que le acompañan el Gobierno vasco, BBK y Vital. Aunque con una parte sujeta a variables, se estaban poniendo en la mesa 185 millones de euros por un 30% para una valoración total de la compañía de cerca de 600 millones.
Fuentes del mercado ya consideraban entonces que se sobreponderaba el valor real del fabricante de trenes y, dos meses después y conocida la situación actual de las cuentas de la cotizada, estas mismas fuentes se reafirman en esa lectura.

Principio de acuerdo entre el consorcio vasco con Pegaso para adquirir una participación en Talgo
Un acuerdo político
El de Jainaga es un movimiento empresarial con un gran trasfondo político que seguramente explica esa disposición a poner más dinero del que realmente vale la compañía. La fuerza de esa unión de manos entre los consejeros económicos de Imanol Pradales, las antiguas cajas alavesa y vizcaína y un empresario vasco de primer nivel podía justificar un cierto sobreprecio, más aun teniendo en cuenta que se competía con el interés de otros candidatos, pero pasadas las semanas la sensación es que el propio Jainaga tiene dudas.

Centro de innovación de Talgo
En clave política, además, el preacuerdo con Trilantic situaba al dueño de Sidenor como aliado preferente del Gobierno central, primer interesado en retener en un inversor nacional el control de Talgo. Consciente de esa posición, Jainaga contaba con la 'benevolencia' de Renfe para no partir de salida con un lastre económico de más de 100 millones, pero la negociación en torno a la multa es más complicada de lo esperado y amenaza con hacer descarrilar la operación.
Los mensajes que se lanzan estas semanas tanto desde el Gobierno vasco como desde las propias fundaciones BBK y Vital pretenden ser optimistas pero a la vez destilan una cierta sensación de pérdida de euforia. A mediados de febrero se llegó a dar por hecho el retorno de la sede de la compañía de origen vasco a Euskadi aparejado a inversiones productivas relevantes en Álava, algo que ahora está en el aire.

Tren de Talgo en la planta de Talgo en Rivabellosa (Álava) / EP
"Comprar a 5 euros lo que vale 3 no tiene mucho sentido empresarial, y menos si necesitas el apoyo de los bancos", exponen a este medio fuentes del mercado. En estos momentos Talgo estaría valorada por la Bolsa en menos de 380 millones (frente a esos 600 millones que suponen el pago de 5 euros por acción).
Para el 30% son, a precio del cierre del mercado de este miércoles, unos 113 millones de euros, lejos de los 185 millones que estaría dispuesto a pagar el consorcio que lidera Jainaga, incluyendo aquí esos 0,85 euros extra por acción sujetos a unas variables que, por otro lado, serían otra de las grandes cuestiones a concretar estas semanas junto a la negociación de los plazos de pago de la multa de Renfe y que, a tenor precisamente de la evolución bursátil, se antojan otro frente delicado.