José Jainaga, sentado junto a Imanol Pradales antes de recibir el premio Korta en San Sebastián / Arnaitz Rubio / Europa Press
Llega la hora de Jainaga en Talgo: las claves para rentabilizar el plan de Pradales
Culminada la operación política entre Euskadi y el Gobierno central en favor del industrial bilbaíno queda por delante un largo camino para devolver Talgo a un escenario de estabilidad financiera y rendimiento empresarial
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El anuncio del cierre de la operación Talgo fue el plato fuerte de la comparecencia de Imanol Pradales este pasado martes tras reunirse con Pedro Sánchez. Más fuegos artificiales que otra cosa en torno a la Seguridad Social pero una noticia más que relevante para una firma histórica de origen vasco que, ahora sí, asegura su futuro pegada a Euskadi.
A la hora de fraguar la letra pequeña, las cosas se habían enredado tanto que aquel preacuerdo de febrero caminaba hacia una vía muerta.
Ante ese peligro cierto, el Gobierno de Sánchez ha optado por dar prioridad al asunto y recomponer el trato a favor del consorcio vasco que lidera José Antonio Jainaga antes del parón de agosto, lo que de alguna forma apunta a que el industrial vasco podrá ponerse manos a la obra para 'poner orden' en Talgo a la vuelta del verano, todo ello ya con un nivel de exposición mediática mucho menor.
Trabajo tiene por delante.
Fábrica de Talgo
Recuperar la caja
Talgo tiene un serio problema de liquidez, como vienen reflejando las últimas cuentas de resultados, fruto de las dificultades para sacar adelante pedidos con la cadena productiva ahogada por empacho de trabajo.
El préstamo anunciado por los gobiernos de Pradales y Sánchez ayuda a afrontar el corto plazo, pero Talgo tiene por delante el gran frente de la multa de Renfe, lo que obliga a Jainaga a hilar fino para empezar a generar dinero cuanto antes.
Hay pedidos que se están completando estos meses pero pendientes de cobrar y que pueden suponer los primeros balones de oxígeno para ganar confianza económica de forma autónoma sin ayudas externas.
Talgo anuncia un nuevo macropedido de hasta 2.400 millones de euros con Flix
Sellar la confianza de los clientes
Los retrasos estaban generando recelos hacia el fabricante de trenes en el mercado, como vienen reseñando distintos medios, lo que a su vez estaba comprometiendo los acuerdos para los pagos.
La inyección económica y la estabilidad a nivel de gobierno envían un mensaje de solidez primero a los clientes consolidados como la alemana Deutsche Bahn, con la que se estaría en conversaciones de cara a una posible reducción de los trenes pendientes. A veces menos es más y, en principio, Talgo ha demostrado no tener problemas para cerrar pedidos dado el viento de cola de que dispone el sector del ferrocarril.
Fachada de la planta de Talgo en Rivabellosa (Álava) Europa Press Rivabellosa
Acertar con las inversiones
Ligado a todo lo anterior está el tema de dónde destinar la parte disponible del crédito a condiciones ventajosas que se logra de la Sepi y de las instituciones vascas.
Es cierto que aquí puede volver a agitarse la marea política por aquello de la territorialidad y el hecho de que las dos palancas productivas estén en Álava y Madrid, si bien se da por hecho que el complejo de Rivabellosa saldrá beneficiado, incluso portavoces institucionales no descartan nueva actividad en otras zonas de Euskadi para ampliar la capacidad de trabajo.
Aquí podría tener un papel importante a efectos de sinergias el complejo industrial de Jainaga, no solo el fabricante de aceros Sidenor, también otras firmas dedicadas al tratamiento de materias primas que pueden conectar con la actividad de Talgo y aligerar los costes.
Protesta de trabajadores de Talgo por el no pago de complementos
Pactar con la plantilla
Los trabajadores del grupo, más de 700 en Rivabellosa, se han mantenido en un discreto tercer plano durante los casi dos años que han pasado desde que Talgo se colocó en el escaparate.
Por delante de la 'tienda' han pasado numerosos compradores, muchos extranjeros, pero la propia plantilla ha visto siempre a Jainaga como el candidato más interesante.
Eso ha llevado al comité a una política hasta cierto punto de 'acompañamiento' en la operación orquestada desde Euskadi que llevó, en el punto más crítico en la relación laboral en los últimos meses cuando no se pagaron complementos por la multa de Renfe, a limitar el ruido a una serie de concentraciones para, finalmente, aceptar la mano tendida de la dirección con un compromiso de pago atrasado una vez se pacte cómo pagar esa sanción.
La calma laboral no durará siempre. Jainaga deberá responder a esas altas expectativas generadas en los sindicatos tanto a nivel de condiciones laborales como de consolidación de la plantilla. El convenio termina al cierre de este año aunque se puede alargar por periodos de 6 meses de forma automática.