Un modelo de eVTOL de la compañía francesa Ascendance con la que trabajará Basquevolt
Basquevolt se abre paso en la aviación eléctrica de la mano de la francesa Ascendance
La compañía alavesa de baterías, que cierra una inyección de 10 millones de la Fundación Vital y del Perte VEC, diversifica sectores y entra en un consorcio europeo para pruebas de vuelos regionales
Los gestores de Basquevolt lanzaron desde el primer momento un mensaje claro sobre el mercado objetivo de la compañía de baterías: la automoción es una posibilidad pero no la única.
"La industria de la movilidad se va a electrificar. Camiones, barcos, aviones o helicópteros van a poder electrificarse", decía el primer CEO de la firma alavesa, Francisco Carranza, en una entrevista en Crónica Vasca al poco de asumir las riendas del proyecto en 2022.
Aunque los plazos estimados cuando se creó la compañía no se han cumplido y el propio Carranza dio un paso a un lado hace unos meses, Basquevolt sigue empeñada en demostrar al mercado que no está atada a la automoción (entre los accionistas fundadores está CIE Automotive pero también Iberdrola y Enagás, así como los gobiernos vasco y central).
Esa es la vía central de negocio y se están probando ya baterías a tamaño real con varios fabricantes de vehículos, pero ahora se ha dado un paso adelante en otro sector de la movilidad susceptible de ser electrificado a medio plazo como es la aviación, con el foco en los vuelos de corta distancia.
Reunión del máximo responsable actual de Basquevolt, Pablo Fernández-Santos, con el consejero de Industria, Mikel Jauregi
Consorcio europeo
Empresas vascas ya han estado inmersas en experiencias pioneras de este tipo como la auspiciada por la alemana Lilium, y en el caso de Basquevolt se abre ahora una oportunidad en un consorcio liderado por la francesa Ascendance.
Con sede en Toulouse, Ascendance es una firma creada antes de la pandemia vinculada al incipiente negocio de los eVTOL, la aeronave futurista de aterrizaje y despegue vertical, y de hecho ha recibido ya pedidos en firme para su modelo híbrido Atea.
Basquevolt ha anunciado una partida económica con una asignación global de 5 millones de euros para el desarrollo de una nueva batería para aviación dentro de un consorcio liderado por la compañía gala junto a la alavesa y otros dos socios más, otra firma francesa y una universidad alemana.
Una batería de Basquevolt
El proyecto, que posiciona a la firma dirigida ahora por Pablo Fernández-Santos como proveedor estratégico en Europa, está principalmente enfocado a aviones regionales de nueva generación cuya entrada en servicio está prevista para 2035, explica la compañía con sede en Miñano.
Se abre definitivamente así otro camino por explorar alternativo a la automoción y previsiblemente habrá más incluso fuera de la movilidad como puede ser el caso del mercado de almacenamiento de energía.
El paso crucial que queda por delante es en todo caso la incorporación de un socio a la propiedad que aporte más capital (varios fondos vascos pusieron 10 millones en marzo) y permita dar el salto al fin a la fábrica piloto como primer capítulo de una nueva fase de escalado industrial.
Jon Urresti, de Fundación Vital, con el diputado general alavés Ramiro González
Dinero de Vital y del Perte
La Fundación Vital, antigua Caja Vital, ha anunciado este viernes una inyección de 4 millones en el capital de la compañía dentro del giro estratégico de la entidad de Jon Urresti para participar en la propiedad de empresas alavesas.
Además, este mismo día se ha cerrado una propuesta provisional de la nueva convocatoria del Perte VEC (vehículo eléctrico) en su sección baterías en la que se asignan a Basquevolt otros más de 6 millones de euros.
