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Será este martes cuando el Gobierno vasco dará a conocer las líneas maestras de los presupuestos de Euskadi para el año que viene. Son unas Cuentas al alza, en un contexto de crecimiento económico y mejora del empleo y los ingresos fiscales, en las que se reservará una partida récord para arraigo y reactivación industrial.

El protagonismo central que asumen las empresas es una de las grandes novedades en el reparto económico esta legislatura, más allá de que Osakidetza, la educación o Lanbide continúan como áreas con más dotación, con mención aparte en 2026 para la vivienda.

Si mantener el centro de decisión de grandes empresas era uno de los objetivos políticos del nuevo Gobierno de Imanol Pradales, la delicada situación que atraviesan sectores industriales de mucho peso añade un punto de complejidad a la ecuación.

Para impulsar el arraigo hace falta músculo económico, ese es el papel de la Alianza Financiera Vasca dotada con 1.000 millones en los presupuestos, pero además se pretende impulsar inversiones de compañías tractoras en Euskadi para reforzar la cadena de proveedores y compensar los desequilibrios en mercados exteriores.

Presentación del plan industrial por parte del consejero Mikel Jauregi

Unión de departamentos

Todo ello obliga a reforzar partidas en múltiples frentes. La mencionada alianza financiera asegura 1.200 millones a través de Hacienda, mil vía endeudamiento tras el acuerdo parlamentario y los nuevos topes de deuda pactados con el Gobierno central y otros 200 que arrastra Finkatuz de asignaciones pasadas sin utilizar, tal y como explicó el consejero Noël d'Anjou hace unas semanas.

En cuanto a Industria, este departamento moviliza 2.100 millones en la legislatura para el plan industrial. No se esperan por tanto variaciones abruptas desde la consejería de Mikel Jauregi, que ya ha quedado por encima de los 600 millones este año.

El consejero de Industria, Mikel Jauregi, y el de Hacienda y Finanzas, Noël D´Anjou Irekia

A todo esto habría que sumar una aportación de unos 600 millones en la legislatura, algo más de cien millones anuales, desde el área de Ciencia, Universidades e Innovación, con programas específicos para cubrir algunos gaps industriales.

El dibujo se completa con otros algo más de 500 millones anuales procedentes de la Estrategia Vasca de Empleo en la cartera de Economía, Trabajo y Empleo de Mikel Torres, orientados sobre todo a la formación de trabajadores para paliar la escasez de determinados perfiles profesionales y que de forma indirecta repercutirán positivamente en las empresas.

Basquevolt es una de las empresas con fondos europeos y del CDTI

Un 50% más para transformación industrial

Además, más allá de las Cuentas vascas la hoja de ruta industrial de Lakua pasa por reforzar el flujo de ingresos con origen en fondos europeos, en línea con la estrategia en proyectos innovadores hasta ahora como Basquevolt, el hidrógeno de Petronor o las furgonetas eléctricas de Mercedes.

Según se recoge en el plan industrial de Jauregi, en el periodo 2021-2023 se han reforzado con dinero de Bruselas programas de innovación en Euskadi por valor del 0,17% del PIB vasco anualmente, y la idea es elevar esta cuota en esta legislatura al 0,25%, es decir, unos 250 millones de euros al año.

A esto hay que sumar una cantidad esperada similar con base en los presupuestos generales del Estado a través de partidas de organismos para la innovación y la inversión industrial como el CDTI (accionista de la mencionada Basquevolt).

Esos alrededor de 2.000 millones más en cuatro años, sumando fondos de Bruselas y Madrid, darían un impulso económico de en torno al 50% a los 3.900 millones de euros previstos hasta 2028 con origen en los presupuestos del Gobierno vasco.