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Este jueves el Gobierno vasco registraba su proyecto de Presupuesto para 2026 en el Parlamento. Una hoja de ruta que, según han reconocido, será negociada con "generosidad y la intención de llegar a acuerdos" y que marcará las próximas acciones de los distintos departamentos. 

A falta de ser consensuados -pese a que el Ejecutivo cuenta con la mayoría para aprobar las cuentas sin necesidad de llegar a acuerdos-, estos ascienden a los 16.378 millones de euros -un 4,1% más que el año pasado-, de los que en torno al 4% irían destinados al departamento de Industria, Transición Energética y Sostenibilidad, 650,5 millones de euros.

Estrictamente, a estos habría que sumarles los 935 millones contemplados en Euskadi Eraldatuz 2030, un plan extraordinario dentro del marco de la Alianza Financiera vasca, que irían directamente destinados a una veintena de proyectos "transformadores" para impulsar la industria vasca, que en estos momentos atraviesa una situación delicada debido a los aranceles de Trump y las consecuencias que están dejando, traducidas en incertidumbre de los mercados. 

En total, 1.585 millones destinados para el departamento, que también incluye el despliegue renovable fijado hace ya un más de un año y que cuyo objetivo se antoja cada vez más complicado. 

550 MW en 2028

Dentro de los 16.378 millones con los que contará el departamento de Mikel Jauregi, 176 millones irán destinados al Ente Vasco de la Energía, el organismo público que impulsa el despliegue renovable en la comunidad que, a su vez, se alinea con el Plan de Industria Euskadi 2030 del Gobierno vasco, poniendo al servicio del departamento los recursos y capacidades necesarias para traccionar y colaborar en proyectos energéticos clave.  

En este sentido, y a pesar de las últimas dificultades que se han dado para que los proyectos renovables salgan adelante, el documento presupuestario mantiene las previsiones que fijaba el propio Plan de Industria 2030, entre las que se encuentra  el desarrollo de 550 MW de energías renovables para 2028. 

Un objetivo poco realista teniendo en cuenta que actualmente Euskadi cuenta con 153 MW de potencia eólica instalada -energía que puede generar mucha más potencia que la fotovoltaica- situándose como la cuarta comunidad con menor potencia.

Imagen de archivo de un operario de un parque eólico Archivo

Bizkaia, un territorio "complicado"

En este sentido, son cada vez más los proyectos que se van cayendo del mapa del posible despliegue eólico en Euskadi, ya que, en los últimos meses, el Gobierno vasco ha tumbado un puñado de parques, en especial en Bizkaia y por protección a la avifauna, más concretamente al alimoche. 

Así, mientras las obras del parque eólico de Labraza, al sur de Álava -el primer parque eólico después de 20 años- arrancarán inminentemente, el despliegue eólico en su territorio vecino va quedando cojo. 

Estos rechazos han sido fundamentalmente en la zona oeste del territorio histórico, donde se llegaron a proyectar hasta 20 parques eólicos y ahora quedan pendientes de resolución, menos de una decena, por la afección, según ha argumentado el departamento, a la avifauna del lugar. 

De hecho, esta misma semana, Crónica Vasca adelantaba que Industria había tumbado un nuevo parque. En concreto el proyectado por Aspiravi en el monte Argalario, entre los términos municipales de Barakaldo y Valle de Trápaga, cuyo rechazo estaba fundamentado en la afeccón al alimoche.