Imagen de archivo de un operario de un parque eólico

Imagen de archivo de un operario de un parque eólico Archivo

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Industria tumba el parque del monte Argalario en Barakaldo y deja cojo el despliegue eólico en Bizkaia

El parque eólico Iparaixe II, ahora archivado, fue proyectado por la compañía belga Aspiravi y contemplaba cinco aerogeneradores en los términos municipales de Barakaldo y Valle de Trápaga

La falta de zonas aptas para eólica desata la guerra entre promotoras en Euskadi

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Nuevo revés al despliegue eólico en Euskadi y nuevo rechazo del Gobierno vasco a la instalación de un parque eólico en Bizkaia. 

Un rechazo que se suma a los que se han venido dando en los últimos meses, concretamente en el territorio vizcaíno, y que estaría justificado además por la misma razón: su afección a la avifauna del lugar, en concreto al alimoche.

Se trata del parque eólico Iparaixe II, proyectado hace unos años por el grupo belga Aspiravi, una compañía -también instalada en Euskadi bajo el nombre de Mendiko Haizie- con más de 20 años de experiencia en el desarrollo de parques eólicos, principalmente en Bélgica -donde posee más de 1600 MW en operación- y Mar del Norte, cuyo accionariado pertenece a un centenar de municipios belgas.

El proyecto, ubicado en el monte Argalario, entre los términos municipales de Barakaldo y Valle de Trápaga, tenía un presupuesto superior a los 25 millones de euros e iba a contar con una potencia de 21 MW generada por cinco molinos que tendrían una vida útil de entre 25 y 30 años y 150 metros de altura total.

Además, el proyecto también contaba con la construcción de un centro de seccionamiento, donde se evacuaría la energía generada por estos cinco aerogeneradores. 

Maqueta del parque eólico proyectado

Maqueta del parque eólico proyectado Aspivari

El archivo de este proyecto por parte del Gobierno vasco llega medio año después de que la Diputación de Bizkaia emitiese un informe desfavorable al proyecto al considerar que dicho parque generaría un impacto ambiental "crítico" y resultaría incompatible con la preservación de la biodiversidad del área. 

En concreto, el documento de la institución hace referencia a la preservación del alimoche, misma justificación que los órganos responsables ya han utilizado para tumbar en los últimos meses un puñado de proyectos eólicos planificados para zonas próximas a la de este caso. 

Por esta razón habían sido varios los agentes que habían rechazado la instalación del parque, como el Ayuntamiento de Barakaldo y diferentes asociaciones vecinales y ecologistas, presión que sumada a la opinión de la Diputación -no vinculantes- habría reforzado la decisión del Ejecutivo en cuanto al rechazo de la instalación eólica. 

Pocas opciones en Bizkaia

El rechazo a este proyecto pone nuevamente sobre la mesa las posibles dificultades que el Gobierno vasco va a encontrar a la hora de acometer el tan famoso despliegue renovable, cuyos primeros frutos se esperan ya para 2030.

A pesar de que las obras del que será el primer parque eólico de Euskadi después de 20 años, el de Labraza, arrancarán inminentemente; son muchos los proyectos eólicos que han sido rechazados recientemente, todos ellos por la preservación de la avifauna de la ubicación seleccionada. 

Destaca especialmente el caso vizcaíno de la zona de Encartaciones, una de las zonas prevista para acaparar el despliegue eólico, donde llegaron a coincidir más de una quincena de proyectos sobre la mesa y donde el Ejecutivo ya ha paralizado tres parques. Primero fue el parque de Blackstone, al que le siguieron los parques eólicos El Haya 1 y El Haya 2 y sus infraestructuras asociadas promovidos por Side Recovery Systems en Balmaseda.

Una realidad que está provocando que cada vez más los promotores fijen sus próximos proyectos en territorios, o incluso comunidades vecinas, donde estos podrían tener mayor recorrido.