No es Bilbao: este es el pueblo de Euskadi donde mejor se come (y también uno de los más bonitos)
En cualquier punto de Euskadi, ya sea en la costa o en el interior, siempre se encuentra un rincón especial donde deleitarse con los productos locales
Esta es la mejor sidrería de Euskadi para la temporada de txotx: la sidra vasca más destacada a nivel mundial
Más allá de los fogones, el compromiso con la sostenibilidad y la tradición refuerza el carácter único de esta región.
El pueblo vasco donde mejor se come
En este contexto, Elciego, un encantador municipio de la provincia de Álava, destaca como un destino turístico de creciente popularidad. Fundado como villa independiente en 1583, se encuentra en la Cuadrilla de Laguardia-Rioja Alavesa, una región privilegiada por su entorno natural y riqueza cultural.
Conocido como el corazón vinícola de la comarca, alberga una de las bodegas más prestigiosas de Europa y el mundo: Marqués de Riscal, dirigida por Alejandro Aznar Sainz, uno de los empresarios más influyentes de España. Esta bodega, símbolo de excelencia, atrae a enoturistas de todo el mundo, consolidando a Elciego como un referente en el panorama vinícola global.
La gastronomía de Elciego es un reflejo de su entorno y cultura, rica, saludable y variada. Platos como las patatas con chorizo, chuletillas de cordero al sarmiento, alubias rojas y la chuleta de buey son solo algunas de las exquisiteces que forman parte de su oferta culinaria.
Pero el punto culminante de esta experiencia gastronómica se encuentra en el restaurante Marqués de Riscal, fue galardonado con una prestigiosa Estrella Michelin que ha perdido en la gala 2025. Con su excelencia culinaria y servicio impecable, ofrece dos menús degustación: Tierra 7 ideas y Tierra 10 ideas, diseñados para explorar la esencia de los sabores locales con un toque de innovación.
Qué ver en Elciego
Además de su legado gastronómico, Elciego cautiva con su patrimonio arquitectónico, destacando monumentos como la Parroquia de San Andrés, del siglo XVI, y la ermita de la Virgen de la Plaza, del siglo XVIII.
Sus pintorescas calles, adornadas con casas señoriales y blasones, ofrecen un paseo lleno de historia y encanto. Este pequeño pueblo se ha convertido en un verdadero tesoro oculto en el País Vasco, una combinación perfecta de tradición, belleza natural, y una posición privilegiada en la escena vinícola europea.