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El SIBO, ¿qué es y cuáles son sus síntomas?
Un aumento desmesurado de bacterias en el intestino delgado puede causar digestiones pesadas, hinchazón, gases, acidez, diarrea o estreñimiento, entre otros problemas de salud
26 abril, 2024 11:20Noticias relacionadas
SIBO es el acrónimo de “Small Intestine Bacterial Overgrowth” o sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado. Se trata de un trastorno caracterizado por un excesivo crecimiento de bacterias en el intestino delgado que provoca una mala absorción de los nutrientes.
Esta patología es el resultado de un desequilibrio en la microbiota intestinal, donde las bacterias proliferan en exceso en el intestino delgado, causando una serie de síntomas molestos y problemas de salud. Es un síndrome provocado por una disminución de la producción de ácido gástrico, sales biliares, enzimas digestivas, un sistema inmune comprometido o el movimiento lento o irregular del intestino, entre otras causas.
“Esto ocurre cuando las bacterias que normalmente se encuentran en el colon o intestino grueso se desplazan hacia el intestino delgado, donde no deberían estar en grandes cantidades”, explica el doctor Juan Antonio Arévalo Serna, jefe de servicio de Aparato Digestivo del Hospital Quirónsalud Bizkaia.
Los síntomas
Los factores de riesgo más habituales son determinados medicamentos, alteraciones anatómicas o de la motilidad intestinal, enfermedades sistémicas o alteraciones del sistema inmune. Existe, además, una relación con otras patologías funcionales como la dispepsia o el Síndrome de Intestino Irritable.
“Entre los principales síntomas del SIBO, destacan las molestias o dolores abdominales, la distensión abdominal, flatulencias, falta de apetito, náuseas, pérdida de peso involuntaria, diarrea o estreñimiento o incluso la mala absorción de algunos nutrientes, unos síntomas que fácilmente pueden confundirse con otras patologías gastrointestinales de perfil funcional”, detalla el doctor Arévalo Serna.
Diagnóstico
“Cuando los pacientes se quejan de algo así, nuestra obligación es mirarlo, sobre todo por la necesidad de descartar otras dolencias más complicadas”, señala el especialista. “Identificar la causa subyacente es fundamental para iniciar un tratamiento efectivo”, añade.
El test más ampliamente extendido para el diagnóstico es el que se realiza mediante una prueba de aliento con lactulosa. “Se trata de un test no invasivo en el que se mide la cantidad de hidrógeno o metano que se exhala después de consumir lactulosa, que es una solución oral, y se realizan mediciones cada media hora.
“Previamente, el paciente debe tomarse un preparado de glucosa o de otra sustancia llamada lactulosa, que por la presencia excesiva de microbios fermenta en el intestino y provoca la aparición de hidrógeno y metano. Por eso, si están presentes, constituyen la prueba definitiva del sobrecrecimiento bacteriano”, aclara el especialista de Quirónsalud Bizkaia.
El tratamiento
En cuanto al tratamiento, el doctor Arévalo Serna explica que “pautamos unos antibióticos específicos, diseñados especialmente para proteger el estómago, que tienen un efecto modulador de la microbiota y muy pocos o ningún efecto adverso”.
Además de los antibióticos, se pueden recomendar cambios en la dieta y suplementos probióticos para ayudar a restaurar el equilibrio de las bacterias intestinales. Los pacientes también pueden beneficiarse de la modificación de su estilo de vida, incluida la reducción del estrés y el aumento de la actividad física.