Espacios para disfrutar del avistamiento de aves
Rincones tranquilos para contemplar en familia algunas de las mejores especies en su mismo hábitat
15 enero, 2021 05:00Hablar de observación o avistamiento de aves es hacerlo de una actividad en plena naturaleza centrada en la contemplación tranquila de todo tipo de aves silvestres por el mero disfrute o bien para su posterior estudio. Una acción que puede llevarse a cabo en familia y con la que se podrá disfrutar del entorno natural al tiempo que se comprende la importancia de cuidar la naturaleza, así como las especies que en ella viven.
Así pues, en el País Vasco se puede contemplar este espectáculo en el aire en diferentes espacios de avistamiento donde admirar en su propio hábitat a todo tipo de ejemplares: desde aves marinas, pasando por alimoches y hasta buitres leonados. Empieza esta ruta a vista de pájaro.
Salburua
Parece mentira que, a las afueras de la capital alavesa, se encuentre este estupendo humedal urbano flanqueado por choperas y robles. Un orgullo para todos los vitorianos y uno de los espacios protagonistas de ese admirado anillo verde que recorre toda la ciudad vasca. En definitiva, un conjunto de lagunas restauradas que se pueden ir descubriendo tranquilamente en un agradable paseo a pie o bien en bicicleta con los más pequeños de la casa.
¿Y qué se puede encontrar uno en Salburua? En materia de aves no resulta complicado contemplar en este paraje todo tipo de especies entre la frondosa vegetación de estos rincones húmedos y donde ejemplares de acuáticas son las verdaderas protagonistas. Un recorrido natural en el que uno no puede perderse el Centro de Interpretación de los Humedales de Salburua, Ataria. Un equipamiento público en un singular edificio de madera desde donde conocer de primera mano la importancia de la biodiversidad, así como del patrimonio natural de este bello entorno. Un lugar insólito en el que las aves comparten espacio con los otros protagonistas de Salburua, los ciervos.
Urdaibai
Mencionar Urdaibai ya es por sí mismo decir naturaleza en estado puro. Y es que, con permiso del anterior de Salburua, este es considerado el humedal más grande de todo el País Vasco. Es por ello que resulta un lugar idóneo para detenerse sin prisa alguna y admirar de cerca (y sin molestarlas eso sí) todo tipo de aves; sobre todo aquellas que están de paso en su ruta migratoria del Atlántico Este.
Un recorrido natural que estas especies eligen en un marco único formado por bosques y cuevas junto al mar Cantábrico y que tiene la certificación de Reserva de la Biosfera por la UNESCO. Precisamente, es en este enclave donde se erige el conocido Urdaibai Bird Center. Un museo vivo de la naturaleza como puede leerse en su presentación y donde los visitantes conocerán in situ los trabajos de exploración e investigación que se hacen sobre el apasionante y amplio mundo de la ornitología.
Armañón
La ruta sigue en el territorio vizcaíno, pero en este caso en el Valle de Karrantza junto a las Peñas de Ranero que es donde se asienta este otro espacio perfecto para practicar el noble arte del avistamiento de aves. Un mosaico natural entre bosques de encinas, robles y hayas que sirven de hogar y resguardo para aves tan conocidas como el alimoche o el gavilán; además de otras no tan nombradas como es el caso del curioso picamaderos negro. Este último es el pájaro carpintero más grande de Europa.
En este observatorio en plena naturaleza se pueden llevar a cabo un par de rutas ornitológicas preparadas para el avistamiento. La primera de ellas se localiza junto al área recreativa de El Suceso en el encinar de Sopeña; mientras que la segunda senda se encuentra en los alrededores de Pozalagua en el parketxe que lleva el mismo nombre que el espacio mencionado al comienzo de estos dos párrafos.
Txingudi
En un vuelo, nunca mejor dicho, hacia la zona de Gipuzkoa, los amantes del entorno natural y de la fauna animal encuentran en Txingudi otro punto clave para admirar la belleza y majestuosidad de las aves migratorias que pasan por el País Vasco cada año en su rutina. Aves marinas y acuáticas sobre todo que durante algunos meses al año eligen este rincón junto a la desembocadura del río Bidasoa como su hogar.
Es el caso de la gaviota cabecinegra, el corremolinos gordo o la espátula común que se pueden contemplar desde las ubicaciones y observatorios preparados para este fin. Una visita para pasar en familia un día de lo más divertido y diferente y que puede terminar acercándose hasta el Centro de Interpretación Ekoetxea en la localidad de Irún en el mismo Parque Ecológico Plaiaundi. El broche de oro perfecto para conocer todo sobre la bahía y los curiosos huéspedes que cada año la frecuentan surcando el cielo.