La Semana Santa no solo se traduce en celebraciones religiosas y escapadas a destinos más o menos lejanos. Sin duda, los dulces son uno de los mayores atractivos en estos días. Muchos son los o bradores de Euskadi que se encargan de elaborarlos y algunos de ellos nos brindan auténticas delicias. Es tiempo de recogimiento... ¡y tentaciones!
Todo está ya preparado para degustar los mejores pasteles de Euskadi, así como otras exquisiteces ligadas a la tradición. Estos son algunos de los establecimientos que la mantienen viva año tras año.
Casa Aramendia y el chocolate
Donostia, Errenteria, Tolosa, Villabona, Zarautz e Irun son las poblaciones en las que Aramendia tiene sus tiendas. Su corazón es el obrador en el que los maestros pasteleros elaboran postres como los que pronto llegarán a las mesas de muchos vascos. El chocolate es uno de sus ingredientes estrella y el que centra el taller para niños que les permite cocinar sus primeras recetas.
Casa Eceiza, especialista en dulces típicos de Semana Santa
Desde su creación en el año 1924, se ha caracterizado por la calidad de todos sus productos. Entre estos, destacan las famosas tejas y cigarrillos de Tolosa, los chocolates artesanos, la tarta de queso, los turrones y los polvorones. En Semana Santa, Casa Eceiza se decanta por la torrija caramelizada acompañada de una bola de helado. Es toda una delicia.
Casa Otaegui apuesta por los huevos de Pascua
Otro de los obradores de Euskadi con más solera es el de esta pastelería fundada en 1886 por Raimundo Malcorra y Josefa Martina Otaegui. Cuatro generaciones han permanecido al frente de una firma experta en confitería y dulces artesanos. Los huevos de Pascua envueltos en papel brillante se encuentran entre sus productos más solicitados, pues hacen las delicias de los más pequeños.
Martina de Zuricalday, el obrador más antiguo
Recibe este nombre el obrador de pastelería más antiguo de Bilbao. Es también el que más llama la atención de niños y mayores gracias a sus escaparates únicos. En estas fechas produce infinidad de galletas de mantequilla con forma de conejitos. En ellos se inspira también la tarta Benjamín y la Tourbillon de chocolate, además del cupcake de Pascua.
El éxito de la Suiza
La pastelería La Suiza forma parte desde la década de los sesenta de los más afamados obradores de Euskadi. A las puertas de este establecimiento comercial de la capital vizcaína se forman colas interminables para adquirir los dulces típicos de Semana Santa. La estrella es la torrija, elaborada a partir de una rebanada de pan esponjosa, bañada en leche y rebozada en azúcar y canela.
La Vitoriana y su torrija casera
Con más de un siglo de historia, la conocida panadería y pastelería abierta en la capital alavesa ofrece en este tiempo sus torrijas caseras. Basan su éxito en que se elaboran una a una de forma totalmente artesanal. Además, para lograr ese exquisito sabor, permanecen doce horas en reposo en leche y en aroma de naranja y limón.
Sosoaga pone a la venta sus monas
Un total de cinco generaciones han regentado esta pastelería y confitería que fundó en 1868 Luis López de Sosoaga. El trabajo artesanal es su seña de identidad. También una producción de calidad que ha sido reconocida en numerosas ocasiones con distinciones de prestigio. Sus monas de Pascua se convierten en las protagonistas en vísperas de la Semana Santa.
Los obradores de Euskadi redoblan esfuerzos para conquistar a la clientela. Las recetas heredadas de antaño y el modo de preparar estos postres típicos de Semana Santa los hacen irresistibles.