Recurriendo a las palabrotas que utilizan los consultores que asesoran a nuestras instituciones, Euskadi necesita más "startups disruptivas" para seguir contando en el mundo. Y para atraerlas se organizan todo tipo de premios, concursos y eventos, que hoy ya son temáticos. Como el Food 4 Future, el Gasteiz Green Deal, el Getxo Itsas Hub o incluso el Festival de Cine de San Sebastián. Son cuatro ejemplos pero hay muchísimos más, porque cuando el consultor apunta, es fácil disparar con pólvora pública.
Una de las iniciativas más ambiciosas para atraer startups a Euskadi es Torre Bizkaia, donde entraban a diario cientos de ejecutivos que revolucionaron la banca, ayer se agolparon decenas de seguidoras de las influencers de moda
Una de las iniciativas más ambiciosas para atraer startups disruptivas a Euskadi es Torre Bizkaia. Donde antaño se asomaba un poderoso logo que llegó a ser blue, hoy luce la hoja de roble roja de la Diputación de Bizkaia. Donde se refugiaba a dormir, cada vez que le avisaban de un posible atentado, Enrique Sendagorta mientras ejercía de vicepresidente del Banco de Vizcaya, ahora se está construyendo una terraza para potenciar el networking, otra palabrota del argot emprendeduril. Y donde entraban a diario cientos de ejecutivos que revolucionaron la banca en España y América Latina, ayer mismo se agolparon decenas de seguidoras de las influencers de moda.
Euskadi ya no es lo que era y Bilbao es probablemente la ciudad donde más claro se percibe esta transformación de una urbe que ha pasado de ser dinámica a mediocre. La apertura de la macrotienda de Primark, con campaña de relaciones públicas incluida, ha venido a despertar a Bizkaia del letargo del covid. Pero no lo ha hecho con startups disruptivas sino con una multinacional irlandesa que hace dinero vendiendo un low cost permanente y que presume de no tener tienda online.
La apertura de la macrotienda de Primark ha venido a despertar a Bizkaia del letargo del covid. Pero no lo ha hecho con startups disruptivas sino con una multinacional irlandesa que hace dinero vendiendo un low cost permanente y que presume de no tener tienda online
Mientras, el proyecto de Centro Internacional de Emprendimiento aguarda a que las huestes de Asier Atutxa, adjudicatario final del proyecto, encuentren una fórmula disruptiva para atraer startups. No lo tienen fácil. La cantera vasca no termina de funcionar en este aspecto y solo grandes urbes como Madrid y Barcelona están consiguiendo atraer a los emprendedores internacionales que llenan el hueco vaciado por una sociedad en la que se sigue primando la oposición y donde el empresario sigue siendo una especie de diablo explotador.
Quizás por ello, Primark aparece en documentos públicos como uno de los "éxitos" de las instituciones vizcaínas a la hora de atraer inversión extranjera. A falta de startups disruptivas, los consultores han tenido que completar sus informes con el logo azul clarito de la multinacional irlandesa. En Torre Bizkaia se mezclará probablemente con los de Petronor o Iberdrola, dos grandes tractores de la economía vasca que, como pavos reales, últimamente se prestan a todo lo que haga falta con tal de poder seguir deduciendo I+D y de figurar en los proyectos de los fondos Next Generation que se han enviado a Bruselas.
Primark aparece en documentos públicos como uno de los "éxitos" de las instituciones vizcaínas a la hora de atraer inversión extranjeras a falta de startups disruptivas. En Torre Bizkaia se mezclará probablemente con los de Petronor o Iberdrola que se prestan a todo lo que haga falta con tal de poder seguir deduciendo I+D y de figurar en los proyectos europeos
¿Se crearán startups de smart energy en Bilbao? ¿El caramelo del supuesto gran cliente energético será suficiente estímulo para que vengan emprendedores de fuera? Son dos de las preguntas que se estarán haciendo los consultores de PwC cada vez que diseñan cada metro cuadrado del interior de la torre. Tengo una mala noticia y una buena para ellos. La mala es que a los emprendedores disruptivos lo que menos les importa es la oficina. En los tiempos del teletrabajo, comenzar un centro de emprendimiento con cientos de metros cuadrados es tan obsceno como construir una macroferia de muestras cuando Internet se había generalizado como vía de venta y exposición para las empresas.
La mala noticia es que a los emprendedores disruptivos lo que menos les importa es la oficina. En los tiempos del teletrabajo, comenzar un centro de emprendimiento con cientos de metros cuadrados es tan obsceno como construir una macroferia de muestras cuando Internet se había generalizado como vía de venta
La buena noticia es que en Euskadi existe una startup que se ha convertido en el principal proveedor de las cajas de luz que adornan las tiendas de Primark en todo el mundo. De Primark y de muchas de las grandes marcas de moda. Se llama Kendu, tiene su sede en Donostia, emplea ya a más de 100 personas y marca un ejemplo del camino que se ha de seguir para disrumpir: asociar lo que ya hacemos bien desde hace muchos años con las nuevas tendencias del mercado. Que una empresa que se dedicaba a algo tan básico como imprimir haya dado el paso de ser líder mundial en pantallas interactivas en comercios da una idea de que la transformación económica de Euskadi es posible, pero también de que hacen falta unos cuantos visionarios que se la jueguen.