Por fin. Ya parecía imposible pero por fin ha llegado: el Gobierno vasco despide a Alfredo de Miguel, exnúmero dos del PNV de Álava condenado en el mayor caso de corrupción de la historia de Euskadi. Quien ha podido despedir tanto a De Miguel como a otro de los cabecillas de la trama es la consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, dado que ambos corruptos trababajan en sociedades públicas dependientes de dicho departamento. Estamos, hay que repetirlo, ante una buena noticia, ya que los corruptos dejan de cobrar dinero público.
No obstante, es una buena noticia que, como ocurre con casi todo en este caso, llega demasiado tarde. Porque lo cierto es que los juristas ya han concluido que el Ejecutivo autonómico podría haber despedido mucho antes a estos dos condenados por corrupción.