La dimisión en bloque de la sección de UGT de Mercedes ha sacudido la normalidad de la fábrica alavesa, la más grande de Euskadi. Según denuncian los nueve dimitidos, seis miembros del comité y tres delegados sindicales, la federación de industria de la central que dirige Raúl Arza estaría tratando de imponer a su candidato para dirigir la sección, lo que entienden es "un ataque a la autonomía" de la delegación de UGT en la factoría. Se abre así una crisis importante para la organización en una empresa en la que siempre ha gozado de tirón, aunque desde la propia dirección se ve esta serie de dimisiones como una oportunidad.
Tras los malos resultados de las últimas elecciones sindicales, ganadas por ELA después de un largo conflicto en el que las posiciones de los dos grandes bloques sindicales quedaron muy marcadas, UGT ve en este proceso de renovación total la posibilidad de aportar nuevas caras y aire fresco a una sección que tratará de recuperar el protagonismo perdido en las próximas elecciones de 2026. Mercedes Vitoria, además de un importante número de delegados y afiliados, es pieza codiciada por los sindicatos vascos también por el prestigio que siempre ha supuesto liderar a una amplia plantilla cuyos movimientos tienen gran repercusión tanto en el ecosistema empresarial vinculado a la fábrica como por su dimesión social y política.