Este mes hemos conocido un nuevo informe del IPCC, el panel intergubernamental de expertos creado por la ONU para motorizar el cambio climático. Estas 734 personas, científicos y científicas de todo el mundo, son, sin duda alguna, las que mejor conocen la evolución del problema de calentamiento global poque evalúan de manera continuada su evolución, siempre en base a estudios científicos y hechos probados y contrastados.
Las conclusiones son claras y suponen una nueva llamada de atención para todo el planeta: todavía hay opciones para lograr un futuro más habitable pero la ventana de oportunidad se está cerrando. Lo que hagamos desde hoy hasta 2030 va a tener unas consecuencias, buenas o malas, que se prolongarán durante miles de años. Los firmantes del estudio son tajantes: “hay que hacer cambios rápidos y muy ambiciosos en todos los sectores y a todas las escalas”. Y en esas escalas, quizás una de las más importantes sea las de las ciudades ya que en el mundo suponen más del 60% de la población mundial y en Europa esta cifra supera ya el 80%.
Precisamente, la semana pasada más de 130 expertos, entre ellos varios vascos, se reunían en Zaragoza en uno de los principales encuentros que se celebran en nuestro país sobre ciudades sostenibles, el Conama Local. El lema del congreso parecía responder a esta llamada de urgencia de los científicos mundiales “Acción. Acelerando la transformación de las ciudades” y en 3 días mostraba ejemplos de como pasar de la teoría a esa acción en tres aspectos fundamentales para el futuro de nuestras áreas urbanas: su renaturalización, la economía circular y su neutralidad climática.
Cree un servidor que la misión de la clase política es tener visión y estrategia para el futuro y no dejarse llevar por un puñado de votos proponiendo medidas populistas
Cuando estamos a escasos 2 meses para que se celebren las elecciones municipales, estaría bien recordar a los candidatos y candidatas a alcaldes y alcaldesas que sus propuestas no son neutras y que deberían pasarlas por el tamiz de la emergencia climática global. Cree un servidor que la misión de la clase política es tener visión y estrategia para el futuro y no dejarse llevar por un puñado de votos proponiendo medidas populistas que van claramente en contra de lo que nos reclaman los principales científicos mundiales. Y lo digo porque en los últimos días me estoy encontrando con planteamientos electorales que parecen un mal recuerdo de pasado, que pensaba que ya estaban superados. ¿De verdad los automóviles son más importantes que las personas? ¿Les parece correcto que sigan ocupando más del 70% del espacio público de nuestras ciudades? ¿Cómo van a cumplir los mandatos europeos para que sus ciudades sean climáticamente neutras si no ponen coto a los desplazamientos en vehículo privado?
En cualquier caso, voy a dejarles a ustedes que hagan la prueba del algodón de los programas electorales a los ayuntamientos de sus respectivas localidades, eso sí animándoles a que vean más allá de los eslóganes y folletos de propaganda, y me voy a centrar en mostrarles hasta que punto son importantes para el futuro de nuestras ciudades los tres temas tratados este último Conama Local.
El primero de ellos fue el de la renaturalización, necesitamos ciudades con menos asfalto y más verde, nuestra salud depende de ello. Según los datos de la OMS (Organización Mundial de la Salud) más del 23% de la mortalidad mundial se debe a factores medioambientales y los beneficios de la infraestructura verde son claros no sólo para la salud física sino también para la mental, hay estudios que demuestran como vivir al lado de entornos verdes mejora el estrés de la ciudadanía o el rendimiento de los escolares. Y esta renaturalización va mucho más allá de los parques, es también la introducción de Soluciones Basadas en la Naturaleza (SBN) en la trama urbana con actuaciones a diferente escala como las que presentaban esta misma semana desde el Centro de Estudios Ambientales de Vitoria-Gasteiz.
Se trata de un proyecto para introducir la infraestructura verde en el Casco Viejo de la ciudad, actuado en cubiertas, fachadas o pequeños espacios para llevar todos sus beneficios a la zona con menos verde de la capital alavesa. También son SBN actuaciones como las del consistorio donostiarra para renaturalizar varios de los regatos que atraviesan su municipio, a la vez que reduce los riesgos de inundaciones o la de Bilbao, que se incorpora a esta transformación verde con proyectos piloto como el de Punta Zorroza. Tenemos que adaptar nuestras ciudades a la nueva realidad provocada por el cambio climático y la infraestructura verde va a ser una de las principales herramientas para lograrlo, además su incidencia en la mejora de la salud de las personas es evidente. Carolyn Daher, una de las responsables del Instituto de Salud Global de Barcelona, dice que la renaturalización de nuestros municipios es el principal programa de salud preventiva que puede hacer una administración.
La movilidad urbana juega un papel fundamental y lograr la neutralidad climática pasa por una ecuación clara: más transporte público, menos vehículo privado, más movilidad eléctrica o con combustibles sintéticos y más espacio para las personas
La economía circular es otro de los aspectos claves tratados en este encuentro celebrado en la capital aragonesa. Quizás su ejemplo más claro está en todo lo relacionado con la gestión de nuestros residuos, una asignatura todavía pendiente, pero es necesario introducir políticas circulares en todos los sectores. Ser innovadores y proactivos en este campo es sentar las bases para mejorar la competitividad de las ciudades y para diversificar y preparar su economía para un futuro muy cercano.
Por último, esta el tema de la neutralidad climática. Vitoria-Gasteiz es una de las 7 ciudades españolas, y la única vasca, elegida por la UE dentro de la Misión de 100 Ciudades Inteligentes y Climáticamente Neutras para 2030, una iniciativa para que sirvan de ejemplo al resto de urbes europeas que tendrán que lograr el objetivo 0 emisiones para 2050. En este aspecto, la movilidad urbana juega un papel fundamental y lograr la neutralidad climática pasa por una ecuación clara: más transporte público, menos vehículo privado, más movilidad eléctrica o con combustibles sintéticos y más espacio para las personas.
Todo lo que no sea ir por este camino supone incrementar el riesgo de no llegar a aprovechar esa ventana de oportunidad que, según los mayores expertos del planeta, está a punto de cerrarse. Esperemos que nuestros próximos alcaldes y alcaldesas sean más de abrir ventanas que de cerrarlas.