El Partido Nacionalista Vasco dedicó sus desvelos pre Aberri Eguna a la cosa patriótica. En el Parlamento, reactivaron -tras años de coma inducido por los propios jeltzales- la exigencia de un nuevo estatus para Euskadi (no para las vascas y vascos).
Después, el Jueves Santo, en la presentación del Día de la Patria (yo me quedo en la cama igual, ya tu sí sabes) insistieron en que Euskadi tiene derecho a decidir su propio futuro y a institucionalizar políticamente su derecho a la soberanía, además de advertir sobre el deterioro de la calidad democrática en España, en el que ellos, por supuestísimo, no tienen nada que ver.
Y por fin, en la víspera del acontecimiento, decidieron revivir la frankestiniana plataforma Euskal Herria Batera, acudiendo a su llamado y compartiendo mesa y mantel con Bildu para reclamar la unidad de acción abertzale para construir un futuro luminoso, independiente y euskaldun.
Es normal, por lo tanto, que el Domingo de Ramos, el Partido Nacionalista Vasco acudiera al Día de la Patria resacoso y desfondado -ese cuerpo de babyboomer no está ya para tanto txakoli y gaupasa unitaria e irredenta- y por eso, puede ser, yo no lo sé, cambiaran las llamadas al destino manifiesto por el chiste de la vaca que cuando cierra los ojos da leche concentrada.
Pero tenía razón, las chaquetas de Otegi no tapan las carencias éticas y democráticas de Bildu, de la misma forma que el kaiku de Ortuzar no engaña a nadie sobre el supuesto y mítico carácter mendigoxale y jagi-jagi del líder del PNV
También dijo el principal babyboomer algo sobre las chaquetas de Armani de Arnaldo Otegi. Lo dijo embutido en un kaiku azul con el que creo que no le volveremos a ver. Pero tenía razón, las chaquetas de Otegi no tapan las carencias éticas y democráticas de Bildu, de la misma forma que el kaiku de Ortuzar no engaña a nadie sobre el supuesto y mítico carácter mendigoxale y jagi-jagi del líder del PNV. El es más de chaquetas. No de Armani, claro. Para eso hay que tener el cuerpo de Arnaldo, que la moda italiana viene entallada.
Apostaría a que Ortuzar se las hace a medida. Esta para el Aberri, ésta para la entrevista en la SER, ésta para ETB… Una para Sánchez y otra para Feijóo. La de cuadros para Esquerra y la lisa para Junts. Andoni tiene una chaqueta para cada ocasión.
Me estoy yendo por los cerros de Úbeda. Euskadi. Quo vadis? Uno de los golden boys del PNV - fichado en su momento por la Diputación de Bizkaia para ser director de Turismo e Innovación y luego, tras su dimisión, colocado en el Basque Culinary Center como director de Desarrollo Global – decía este domingo en el principal periódico vasco que, los babyboomers vascos, habían arrebatado a su generación, la X, el propósito vital de mejorar el país porque –a principios de siglo, cuando se empezaron a integrar en la vida laboral- se encontraron una Euskadi fetén, bien hecha, en el camino.
Perdido el inicial “sentido del propósito”, Asier Alea -tal es su nombre y atentos a su recorrido- realiza una evaluación de los retos que nos vienen –consecuencias negativas de la globalización, bomba demográfica y cambio climático– y propone hacerse uno nuevo, un “relato integrador” desde el “small is beautiful”. Y afirma que los relatos integradores son más fáciles de generar –en el sentido, creo yo, de inventar, trasladar y convencer– en pequeñas comunidades como la nuestra.
Lo empezó a gestar un tal Sabino Arana y hoy ha permeado mayoritariamente en nuestra sociedad. Y ni siquiera lo inventó el señor Arana. Se llama nacionalismo y sirve para todo. Lo principal es tener claro contra qué vas. O contra quién
Vais a ver que risa cuando Asier Alea se de cuenta de que ese relato ya está hecho. Y con éxito. Lo empezó a gestar un tal Sabino Arana y hoy ha permeado mayoritariamente en nuestra sociedad. Y ni siquiera lo inventó el señor Arana. Se llama nacionalismo y sirve para todo. Lo principal es tener claro contra qué vas. O contra quién. Y échale a él o a ello la culpa de lo que pase, en palabras del bardo.
La buena gestión es el relato que nos hace falta. La gestión de lo público y de lo que ha de venir. Una gestión que, desgraciadamente en mi opinión, va a caer en manos de una política pública y una función pública de parte, pero en la que tendremos que confiar. Porque tarea tienen por delante.
Unos ejemplos: La economía vasca se desacelera y cae un 24% en 2023, según datos oficiales. Los centros de urgencias vascos sin médicos durante la Semana Santa. Solo el 10% del consumo energético vasco proviene de las energías renovables. La flota pesquera vasca pierde más de la mitad de sus barcos en veinte años. Solo quedan quinientos arrantzales, la mayoría senegaleses, marroquíes y ecuatorianos. Un fallo informático impide a los vascos cambiar su sexo desde la aprobación de la ley trans, el 28 de enero. En Euskadi no hay módulos para presos peligrosos, de primer grado. Solución: los exportamos.
Todos ellos temas publicados este fin de semana. ¿Propósito? Sí, pero de enmienda.