Hastío
Disgusto, fastidio, aburrimiento muy grande. Con estas acepciones define el diccionario la palabra hastío, que creo que nos viene de maravilla a muchos. No se habían contado los votos de los últimos comicios y ya nos habían convocado a los siguientes, y además en plena canícula: el 23 de julio. La primera reacción de cansancio era casi unánime.
Respecto a los motivos del adelanto electoral, se han argumentado muchos, todos ellos en clave política, y las verdaderas razones sólo las conoce quien lo ha hecho, Pedro Sánchez. El resto son especulaciones como lo son las cábalas que se hace quien más quien menos, de a quién beneficia el adelanto electoral. La respuesta el 24 de julio, no antes.
No se han constituido las instituciones locales y autonómicas y ya estamos metidos otra vez, en una precampaña que ya se anuncia embarrada y cruenta. Hastío. Pues sí, se entiende el cansancio y se entiende el malestar ciudadano de ser llamado a las urnas en época vacacional, y el disgusto de quienes ya tienen cerradas sus vacaciones en esas fechas, y no saben si van a tener que suspenderlas para formar parte de la mesa electoral.
Se entiende el cansancio y se entiende el malestar ciudadano de ser llamado a las urnas en época vacacional
Vaya papeleta. Y no me refiero a la electoral, me refiero a la que tenemos de aquí al 23 de julio. Y a todo esto, ya no hay nada que no sean elecciones y pactos electorales. Ya no se habla de la situación económica, ni de la educación, ni de la sanidad... ya no se habla de nada. Ya se han olvidado las preocupaciones de los ciudadanos.
Parece que ya hemos resuelto los problemas de cada vez más ciudadanos cuando tienen que pagar la cesta de la compra o la factura de la luz. Es que no hay nada que no sea la convocatoria electoral y mucho me temo que de aquí a que votemos, no tendremos nada más. Hastío.
Estamos cansados, tanto que un 40% de los ciudadanos, en algunos casos más, en otros menos, han optado por abstenerse en las últimas elecciones. Todos ellos, no pronunciándose también lo han hecho, y de una forma muy clara. Las propuestas que les han planteado no les interesan nada.
Y no sorprende el absentismo, lo que de verdad nos llama la atención a algunos, es que se le dé tan poca importancia.
Todo aparcado hasta nuevo aviso, o tal vez muerto para siempre. 62 iniciativas legislativas se quedan colgadas
Por otra parte, hay 62 iniciativas legislativas que se han quedado colgadas con el adelanto electoral, algunas son de enjundia como la ley de familias, la de paridad, la ley contra el racismo, la ley de movilidad sostenible, la del desperdicio alimentario, la ley sobre la ELA o la de salud mental, por citar solo algunas.
Así que todo aparcado hasta nuevo aviso, o tal vez muerto para siempre. La verdad es que debe ser desquiciante ser un enfermo de ELA, haber trabajado durante meses y ver como todo se va por el desagüe.
Es amargo ver y sentir que los problemas de verdad, los del día a día quedan relegados mientras los seguimos padeciendo sien encontrar ningún tipo de solución.
En definitiva, se entiende el hastío. Se entiende la desafección política. Se entiende el malestar, y se entiende el cada vez menor interés ciudadano en las cuestiones políticas. En paralelo, no se entiende el “y tú más”, el vale todo, el inmovilismo o la falta de empatía. Eso, créanme, se entiende cada vez menos.
Así que mientras no tengamos nuevo Gobierno procuren gobernar ustedes su vida, y no la dejen en suspenso hasta que los políticos vuelvan. Eviten el hastío vital.