La mujer asesinada en Vitoria se encontraba junto a su bebé y estaba embarazada / EFE

La mujer asesinada en Vitoria se encontraba junto a su bebé y estaba embarazada / EFE

Opinión

Las pulseras, ¿dónde están?

8 junio, 2023 05:00

En lo que va de año, tres mujeres y media han sido asesinadas cada mes en España. 21. En apenas seis meses. Cruzo los dedos para que desde que escribo estas líneas hasta que ustedes las lean, no aumente la cifra.

Cada caso es más espeluznante que el anterior y cuanto más profundizamos en ellos más deficiencias encontramos en la forma de afrontarlos, de proteger a las mujeres y de controlar a los asesinos. Tengo la sensación de que la violencia hacia las mujeres, que ni siquiera está en los primeros puestos de preocupaciones de la ciudadanía según los barómetros, solo nos impacta cuando se nos remueven las entrañas por la dureza del caso. O mejor dicho, solo les preocupa en esos momentos a quienes tienen algunas de las llaves para abrir la puerta a posibles soluciones o a parte de ellas, porque el resto del tiempo puede que les preocupe pero no les ocupa.

Las expertas aseguran que en situaciones de separación o de embarazo, la vulnerabilidad de estas mujeres es extrema. Pero las autoridades echaban balones fuera ante tamaño despropósito

Ante el espeluznante caso de Maialen, la mujer de Vitoria asesinada por su pareja en un apartahotel estando embarazada de gemelos y en presencia de su hija de tres años, saltaron todas las alarmas. Algo no se había hecho bien en Euskadi cuando viniendo de la Comunidad Valenciana con la catalogación de “riesgo extremo” por violencia de género aquí se consideró que el riesgo de que algo malo sucediese a Maialen era escaso. Al fin y al cabo, ella quería volver con él y pedía incluso la retirada de la orden de alejamiento. Las expertas aseguran que en situaciones de separación o de embarazo, la vulnerabilidad de estas mujeres es extrema y que la insistencia de Maialen por rehacer su vida con su asesino respondía a esa situación vulnerable y a un enganche emocional de libro. Pero las autoridades echaban balones fuera ante tamaño despropósito.

Una semana después, el propio consejero de interior dejaba entrever que se habían producido una “concatenación de errores de comunicación entre instituciones” sumados al fallo de los mecanismos de detección de la Ertzaintza y al exceso de trabajo en estos servicios. Desde los propios sindicatos insisten en la necesidad de aumentar el personal, los medios y la formación si se quieren hacer las cosas bien. Piden además quitar los protocolos y el trabajo que sólo se dirige a alimentar estadísticas y no suponen beneficio alguno para las víctimas. Si quienes trabajan en el día a día con las víctimas lo dicen, debe de ser así.

Después del asesinato de Maialen llegó el de Oia, en Pontevedra. Vanessa, otra mujer muerta a manos de su expareja. La tiroteó a las puertas del camping en el que trabajaba.

¿Qué tienen en común ambos casos? Entre otras cosas, que los dos asesinos tenían orden de alejamiento de sus ex parejas pero ninguno de los dos llevaba una pulsera telemática de control a pesar de ser “viejos conocidos” de la policía por sus agresiones hacia mujeres. Ambos habían sido denunciados en muchas ocasiones y en el caso del guardia civil que asesinó a su mujer y después se quitó la vida, el caso gallego, tenía hasta cincuenta advertencias previas. Pero nadie le puso el cascabel al gato.

La judicatura dicta alrededor de 30.000 órdenes de alejamiento cada año pero para que los agresores acaben con la pulsera telemática en la muñeca tienen que considerar que la situación es muy grave

La judicatura dicta alrededor de 30.000 órdenes de alejamiento cada año pero para que los agresores acaben con la pulsera telemática en la muñeca tienen que considerar que la situación es muy grave. No veo mayor riesgo que el que califiquen tu situación de “riesgo extremo” como en el caso de Maialen y que haya más de cincuenta advertencias sobre tu caso como las que había en Oia.

A día de hoy hay 3.710 maltratadores vigilados por el sistema de pulsera telemática y hay que subrayar que ninguna mujer ha sido asesinada cuando el agresor la lleva. Es una herramienta muy eficaz pero solo la portan los multireincidentes o quienes han quebrantado las órdenes de alejamiento. Es decir, el caso de Maialen y Vanessa.

La pulsera telemática es una herramienta muy eficaz pero solo la portan los multireincidentes o quienes han quebrantado las órdenes de alejamiento

Necesitamos más pulseras, sí, y más educación y más protección policial, mejor atención, controles más exhaustivos y prisión preventiva cuando la gravedad del caso lo requiera. Necesitamos también políticas públicas que permitan que los tribunales cuenten con medios suficientes para que se hagan valoraciones del riesgo victimal y puedan decidir si la protección es posible.

Por supuesto, y ahora que vamos a volver a depositar nuestro voto, el asesinato de mujeres tiene que ser una prioridad. Cuando reflexionemos sobre la formación a la que se lo vamos a dar, pensemos en su posición y en el trabajo efectivo que ha realizado para atajarla. El 28 de mayo, jornada de elecciones municipales y forales, Maialen fue asesinada pero la vista de los partidos políticos estaba puesta únicamente en cómo seguir ocupando sus asientos. Triste, muy triste.