El club de las 500
Todavía suenan los ecos del cacareado cara a cara entre Sánchez y Feijóo, un debate que se abrió con el apartado de economía, en el que todos pensábamos que Sánchez iba a salir airoso y que finalmente capitalizó Feijóo, con una catarata de datos y de afirmaciones, erróneas en algunos casos y directamente falsas en otras, que nadie supo contrastar y parar a tiempo.
En esto de la economía y en concreto de los datos, es fácil caer en la trampa porque depende del dato que se utilice y sobre todo del argumento que se emplee para usarlo, las cosas pueden verse de un color o de otro. Pueden verse, porque la realidad es la que es.
Dejemos a un lado el debate que ya ha dado bastante de sí, pese a haber sido anodino y exento de cualquier atractivo para centrarnos en datos ciertos que afectan a la economía, concretamente a la nuestra.
Ya veníamos advirtiendo en estas páginas, que Euskadi está perdiendo en los últimos meses autónomos y empresas, y todo parece indicar que el tema es más estructural que coyuntural puesto que los negativos datos, se confirman en un mes de junio que nos deja la segunda peor estadística de los últimos quince años. Ya podemos hablar del club de las 500, concretamente de 498, que son las empresas que hemos perdido en el sexto mes del año en la Comunidad Autónoma Vasca. 498 compañías menos, que dejan de contribuir a la generación de empleo, a a las arcas comunes, y al bienestar general de todos nosotros.
Que 500 empresas hayan echado el cierre en 30 días, multiplica los dramas por 500 y lo expande a muchos más
Es un club nefasto que mes a mes viene incrementando su número de integrantes, de una forma tan alarmante como poco contemplada por quienes tienen algo que decir al respecto.
El cierre de una empresa es un drama que arrastra con él problemas para mucha gente. Que 500 empresas hayan echado el cierre en 30 días, multiplica los dramas por 500 y lo expande a muchos más.
La situación global nos deja un panorama según el cual, y si tenemos en cuenta las empresas que fagocitó la pandemia, estamos muy lejos del mapa empresarial que podíamos contemplar en el 2019, puesto que no hemos recuperado el 63% de las que cayeron.
Y seguimos perdiendo negocios. Y estos son datos reales, de esos que difícilmente salen en los debates electorales porque no interesan ni a los que están, ni a los que quieren llegar. Por cierto, que las empresas a las que más afectan estos cierres son las industriales y eso daña nuestro corazón económico ya que por definición, por vocación y por historia, somos precisamente eso: industriales. Sin olvidar además, que es la industria precisamente donde se genera el empleo de más calidad.
Hablar de empresa y sobre todo, defenderla, no es precisamente popular sino todo lo contrario. Queda mucho mejor en cualquier foro, lanzar pullas contra las empresas y sobre todo contra los empresarios. No encontrarán muchas defensas de los negocios ni en campaña, ni fuera de ella, porque bastante barro hay ya en el terreno, como para encima abrir ese melón.
Las empresas a las que más afectan estos cierres son las industriales y eso daña nuestro corazón económico ya que por definición, por vocación y por historia, somos precisamente eso: industriales
Sin embargo, es necesario seguir reclamando un escenario optimo no sólo para la creación de empresas, sino fundamentalmente para que una vez que los proyectos ven la luz, se les genere el contexto necesario y óptimo para que puedan crecer. Porque poner en marcha un proyecto y encontrar ayudas para ello, es mucho más sencillo que mantenerlo en el tiempo. No hay más que ver la esperanza de vida de las empresas, las que superan los 8 años ya son consideradas un auténtico éxito.
El contexto más adecuado es el que ofrece mayor seguridad aún a sabiendas de que estamos y estaremos en momentos de incertidumbre. Las empresas no están prácticamente nunca en la agenda política, tampoco en campaña. Los debates sobrevuelan sus preocupaciones y eso, sólo cuando aparecen. Son más importantes, los roces, los personalismos y el titular de alcance.
Después de cualquier debate electoral da igual que sea un cara a cara o a siete bandas, siempre lo importante es determinar quién ha ganado y en general además, ganan todos, entre otras cosas porque es algo subjetivo.
Los datos contrastados son los que hay que tener en cuenta. Algunos son tan objetivos como nefastos. El cierre de 498 empresas en un mes, lo es. Objetivo y nefasto.