Mucho se ha hablado en los últimos días sobre si el coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, debe ser o no el candidato a lehendakari en las elecciones autonómicas de 2024. Lo coherente con el giro estratégico de la coalición abertzale es que se eche a un lado y deje paso a un nuevo rostro. Lo coherente con su eterno liderazgo de la izquierda abertzale es que lidere la candidatura.
Dice el ex líder de Batasuna, Euskal Herritarrok, ANV y tantas otras marcas que decidirá sobre su candidatura "en función de si es bueno o no" para su partido. "Si así lo decide Bildu". "Me he ganado el derecho a decidir". "Lo importante no es tanto el candidato, sino qué se quiere hacer con el país".
Esas frases rimbombantes sirven para jugar al despiste y para exacerbar los ánimos de los rivales, pero en sí mismas valen para abonar tanto una posibilidad como la contraria. Dicho en román paladino, Otegi hará lo que le venga en gana, porque para eso es el líder indiscutible de ese espacio político.
Servidor opina que si en realidad EH Bildu quiere competir de igual a igual con el PNV en los comicios vascos tiene que apostar por una candidatura diferente. El pasado de Otegi es su principal activo pero también su más palmaria rémora. Porque es obvio que concita todo el apoyo de la izquierda abertzale tradicional, hoy encarnada por Sortu, sí, pero al mismo tiempo es evidente que provoca un enorme rechazo en amplias capas de votantes, incluidos esos a los que Bildu quiere dirigirse para romper la hegemonía del PNV.
Bildu tiene que demostrar con hechos que su giro, como la vida según el poeta, iba en serio y que su líder no podrá dejar la huella de la Lehendakaritza, porque envejecer es el único argumento que le queda a la obra. El tiempo de Otegi ya pasó. Porque sus hechos y su hemeroteca ahuyentarían hasta a sus hipotéticos socios. No será el 'Mandela vasco' que algunos imaginaban. Aceptar la realidad es saludable.
Si la coalición abertzale, aunque siga dominada por Sortu, quiere mantener la citada coherencia de su discurso 'izquierdizado' y de su 'evolución' de los últimos años para tener opciones en la autonómicas, debe optar por renovar su liderazgo. Claro que todo depende de con qué quieran ser coherentes en Bildu.