Campeones en huelgas

Hace tan solo unos días, coincidiendo con el Pleno de Política General en Euskadi, el
lehendakari Iñigo Urkullu, se preguntaba: ¿alguien entiende que el país con mejores
sueldos del Estado esté a la cabeza de las huelgas?

El primer mandatario vasco debió hacer la pregunta con intención retórica, pero pocos minutos más tarde, ya se encontraban respuestas en algunos foros, respuestas, que si bien no sorprenden por viejas conocidas sí conviene cuando menos valorar. Y el argumento de varios es que si tenemos los mejores salarios es porque somos los mejores haciendo huelgas. Así de crudo, así de simplista y sobre todo, así de injusto.

Injusto y simple porque quienes atribuyen a las huelgas éxitos salariales, sacan de la ecuación toda la labor empresarial que se realiza, haciendo un flaco favor no solo a quienes toman la arriesgada y pocas veces agradecida decisión de emprender, sino también, a la mayoría de los trabajadores que con su labor y esfuerzo contribuyen a que los proyectos salgan adelante y con ello, a que entre otras muchas, cosas puedan incrementarse los salarios.

Si estamos en ese punto, si tenemos los mejores salarios del Estado es porque han sabido ponerse las bases para hacer bien las cosas. Esto por cierto, no es de ahora, sino que viene de muy atrás. De hecho, en parte seguimos viviendo de las rentas. De aquello que fuimos, cuando fuimos pioneros en muchos aspectos, y que nos ayuda a ser lo que somos hoy.

Lo que el lehendakari dijo está acreditado con cifras y desde luego, no son para sacar pecho como hacen algunos, sino para lo contrario. De 679 huelgas que se dieron en España en el 2022 aquí “tuvimos la suerte” de quedarnos con más del 50%. En concreto 342 de esos conflictos laborales, fueron en Euskadi.

La huelga sin duda es un derecho, eso ni se puede, ni se debe poner en cuestión. El problema es que se convierta no en un derecho, sino en un mal vicio. Y en cualquier caso, no es la mejor forma de que se incrementen los salarios, y mucho menos, de que se refuercen los proyectos empresariales, por no hablar de las dificultades que suponen los conflictos laborales, a la hora de captar inversiones.

Ser los campeones de la huelga no nos hace mejores, sino sencillamente más reivindicativos y más conflictivos. Antes de llegar a una huelga deben agotarse todas las posibilidades de diálogo. Relacionar las huelgas con el incremento salarial es un despropósito, como también lo es, reducir la negociación colectiva a los incrementos salariales y a la jornada laboral. Estamos en el siglo XXI. Estamos en el 2023.

Deberíamos estar hablando de otras cosas relacionadas con la innovación, la tecnología, la competitividad o la sostenibilidad… por poner algunos ejemplos. Tenemos los mejores salarios porque las empresas han mejorado en esos y otros conceptos, para poder ofrecer al mercado productos y servicios competitivos. Pero esmás, tenemos salarios, y además son los más elevados, porque hay empresas. Y las empresas pueden desaparecer por infinitos motivos y entre ellos, la huelga es uno.

Ligar los salarios al número de huelgas y cuantas más mejor, es un disparate. Presumir de que somos los que más huelgas hacemos es cuando menos sonrojante. No nos beneficia en nada, ni dentro, ni fuera porque da una imagen de nosotros absolutamente negativa. Estoy de acuerdo con el lehendakari y dónde el ponía interrogaciones yo afirmo: no se entiende que el país con los mejores sueldos del Estado, esté a la cabeza de las huelgas. No se entiende.

La huelga es un derecho sí, pero no la convirtamos en un vicio, ni en un recurso para conseguir incrementos salariales, porque el recurso, más antes que después, se agotará. Hay campeonatos que es mejor perder.