El nacionalismo también se va de puente por la Hispanidad

Es increíble lo que puede conseguir un día festivo. Aquí, en Euskadi, disfrutamos gloriosamente de este puente de la Hispanidad. Muy nacionalistas somos, sí, con 60% del Parlamento de Vitoria copado por amantes del soberanismo, pero a la hora de la verdad, para las cosas importantes como es coger la caravana, somos más españoles que don Pelayo. O eso parece.

No es sólo que unos cuantos cogieran la caravana para enlazar cuatro días de viaje. También es que el viernes no funcionaba nada en Euskadi. Sólo se podía hacer la compra. Una cosa de locos. Todos entregados al hispanismo ese tan rancio que tanto nos gusta denunciar.

Si seguimos así, pronto cambiamos el txistu y los talos por el reguetón y las hamburguesas, si es que no los hemos cambiado ya

Ya ni siquiera los cachorros de Ernai quemaron banderas españolas como otros años. Esto ya no es lo que era. El Parlamento vasco, of course, cerrado a cal y canto, que las urgencias para aprobar leyes pueden esperar. Claro que desde Bildu pueden argumentar que ellos sí trabajaron, al menos en Madrid, porque ese día se produjo la reunión -esa que parecía imposible hasta hace nada- con el presidente del Gobierno en el Congreso. Quizás el encuentro fue, en el fondo, otro guiño de Pedro Sánchez a sus socios, con reunión en un puente que ellos dicen no admitir... 

Si es que todo cambia a tal velocidad que ya no nos reconocemos las unas a las otras. Si seguimos así, pronto cambiamos el txistu y los talos por el reguetón y las hamburguesas, si es que no los hemos cambiado ya y yo no me he enterado, cosa que es posible. Y claro, una cita estas cosas y se acuerda de aquello de Arnaldo Otegi, ¿se acuerdan?, eso de que con un McDonalds en Lekeitio se acababa Euskalherria. Pronto lo veremos, a este paso.