Periodismo fake y desinformación, antesala del totalitarismo

El día que Argentina salvaba su primer 'match ball' frente al fascista Milei, reflexionaba yo conmigo mismo sobre la responsabilidad que tienen los medios, sobre todo la propiedad de los mismos, en el ascenso de este tipo de personajes y de su siniestra y oculta agenda.

Ya saben, Milei, el provocador y gracioso que a base de boutades e insultos, y aupado por las principales televisiones del país que se lo rifaban como tertuliano, ha estado a punto de ser presidente de Argentina. Aquí tienen una colección de sus frases, a través de un periódico español en principio favorable al interfect.

En definitiva, lo que han evitado los argentinos con sus votos del domingo, de  momento, es que un tarado egocéntrico les gobierne aunque, entre otras cosas, los medios de comunicación no hayan hecho su trabajo. Como en tantas otras ocasiones. Y en tantos sitios. También aquí.

Que el periodismo en España, y en Euskadi, está finiquitado, es algo fuera de toda duda

Que el periodismo en España, y en Euskadi, está finiquitado, es algo fuera de toda duda. La existencia de digitales de dudosa financiación y con –qué pena me da llamarles así- periodistas de trinchera dedicados al acoso del contrario político, a la difusión de mentiras a sabiendas o a la difusión, de forma absolutamente entusiasta y acrítica, del argumentario mañanero de determinados partidos, es una prueba irrefutable de tamaña afirmación.

Más grave es aún o todavía, que la profesión no expulse a estos sinvergüenzas al averno, a la cuarta zona del noveno círculo, por traidores a su razón de ser y a su oficio. Y allí, con Judas y Lucifer, permanezcan en el hielo como estatuas:  "Unas están yacientes/ otras erectas, / ésta cabeza abajo, aquella de pie, / otra, como un arco, el rostro al pie devuelve".

Claro que es peor cuando de estas artes (malas, muy malas) se contagian los llamados medios serios. Desde televisiones nacionales a rotativos de referencia regional, o emisoras tertuliantes con iconos mediáticos al frente. Es peor porque llegan más lejos y más fuerte, y en esa medida su responsabilidad también aumenta. 

Dos ejemplos cogidos a boleo en los últimos días. 

Este fin de semana. Informativo de mediodía de una cadena nacional privada propiedad de unos extraterrestres. Noticia aparecida en el sumario y desarrollada posteriormente en amplio reportaje que dice que el pollo puede convertirse en un lujo y triplicar su precio. Es decir, estamos contando una noticia que no se ha producido pero que causa alarma. Empezamos bien.

La noticia va ilustrada, entre otras cosas, con esas inevitables entrevistas callejeras donde pillan a una señora y le dicen “¿Sabe usted que el pollo puede llegar a los veinte euros el kilo?”. Imagínense la cara de susto de la señora. 

¿Y por qué va a subir el pollo? Por la Ley de Bienestar Animal. Acabáramos. Estaba tardando. Resulta que toda la noticia se basa en las declaraciones del pollero mayor del reino. El secretario general de Avianza, patronal de la industria avícola española, avianza, digo avanza, que la citada ley del pérfido Pedro Sánchez va a arruinar al sector, va a despoblar el campo y va a triplicar el precio del pollo.  

Por supuesto, estas afirmaciones no son contrastadas en ningún momento, lo que tiene cierta lógica en la televisión del Planeta del que vinieron las mismas, que no es el de Maradona, sino el de Agostini. Una no noticia elevada a cabecera de informativo. 

Segundo ejemplo, de ayer lunes, del rotativo vasco de referencia que titula “Paro VIP. Veintidós ex altos cargos de Sánchez ya han percibido un total de 1.150.000 euros tras abandonar el Gobierno. Pablo Iglesias, Arancha González Laya, Reyes Maroto, Pedro Duque, Isabel Celáa o Iván Redondo se han acogido a su derecho a recibir una compensación”. 

¿Qué objeto tiene esta noticia? ¿Es una novedad? No. Es la compensación o el subsidio de desempleo previsto por una ley de 2015 para ministros y secretarios de estado o asimilados. 

De hecho tienes que leer 22 párrafos, en los que te enteras hasta el último céntimo percibido por 16 ex altos cargos socialistas y de Podemos, antes de que los periodistas te cuenten que “la compensación a los ex altos cargos no es una medida nueva. Ya los Presupuestos Generales del Estado para 1981 establecieron un derecho similar al actual que se aprobó con dos objetivos: compensar las limitaciones previstas para el ejercicio de la actividad profesional de los altos cargos tras el cese en el Gobierno y favorecer el retorno a la actividad profesional tras cumplir el periodo de incompatibilidad exigido al abandonar el cargo político”. 

Y detrás, admiten que las mayores compensaciones han corrido a cargo de cinco secretarios y secretarias de estado de gobiernos del PP. Por encima de 150.000 euros cada uno. Al final del amplísimo reportaje el periódico vasco de referencia señala que ni siquiera son los políticos los que más cobran en este apartado, “sino los altos cargos” de otros organismos. 

Mentir a sabiendas para crear cuñadismo, clickbait, frentismo y violencia es el fin de la democracia. Mucho cuidado con las cosas de comer

Entonces, ¿cuál es el fin de esta noticia? ¿Denunciar una ley injusta? No, porque no lo hace. ¿Informar sobre una nueva medida que favorece a unos pocos del actual Gobierno frente al resto de españoles? Efectivamente. Ni más ni menos. Quitando que la medida no es nueva ni favorece –solo- a los miembros del actual Gobierno, esa es la intención. Y por eso es una noticia fake, populachera e indigna de un medio serio.

Los medios de comunicación y sus profesionales tienen una gran responsabilidad, es decir son responsables, en nuestro presente y de nuestro futuro. Informar es informar, opinar es opinar. Las dos cosas juntas con el objetivo de confundir y crear opinión contra el otro es Trump, Milei o Bolsonaro. Mentir a sabiendas para crear cuñadismo, clickbait, frentismo y violencia es el fin de la democracia. Mucho cuidado con las cosas de comer.