El gran reinicio
Hay que ver como pasa el tiempo. Sin habernos dado casi cuenta, se nos ha pasado un 2023 que acabó con una excelente noticia que nos va a preocupar y ocupar durante las próximas décadas: el final de los combustibles fósiles y, por lo tanto, el final de una economía centrada en su uso. Evidentemente, el acuerdo firmado en la pasada COP28 por más de 200 países no es más que el inicio de una reconversión total de nuestro modo de vida que llevará tiempo, pero la meta ya está marcada y las urgencias del cambio climático van a hacer que el camino se acelere. Como bien supieron detectar en el pasado Foro Económico Mundial de Davos, estamos ante un gran reinicio de la economía mundial, un reseteo en toda regla al que tenemos que sumarnos como país queremos quedar relegados y perder competitividad. Así que vamos a empezar 2024 con 5 retos esenciales para poder sumarnos y profundizar en esa imprescindible transición ecológica de Euskadi:
Papel de las empresas, especialmente de las PYMES, en la aceleración de esta transformación: El giro de 180 grados que hay que dar a la economía mundial no se puede hacer sin la participación activa del sector productivo. Las empresas tienen que descarbonizar sus actividades pero también tienen que ayudar a convertir Euskadi en un territorio 0 emisiones. Echo en falta visión empresarial liderada desde las asociaciones referentes para que esto sea una realidad ya, a pesar de contar con iniciativas individuales de gran calado y proyección. La transformación verde de la industria vasca es una asignatura pendiente que no puede esperar más y el papel de las PYMES es clave para conseguirlo. Utilicemos todas las herramientas que tenemos para lograrlo, por ejemplo el liderazgo de clústeres como Aclima, y profundicemos en una colaboración mayor entre diferentes sectores. La nueva economía requiere de soluciones nuevas y las empresas que las lideren serán las empresas con más futuro.
Energía más limpia: Lo hemos comentado más veces en esta columna, Euskadi sólo produce el 10% de la energía que consume y esto no puede seguir así. Es curioso ver como España, en su conjunto, logra en 2023, por primer vez, producir más del 50% de su electricidad a través de renovables, mientras nuestra comunidad sigue sin avanzar como debiera en el la generación de este tipo de energías. Debemos ser más eficientes en nuestro consumo, reducirlo y, al mismo tiempo, producir más energía limpia. Este 2024 se harán realidad varios proyectos en este sentido, con nuevos parques eólicos y fotovoltaicos, pero este ritmo debe acelerarse y hay que llegar a más acuerdos de país en este sentido.
Reiniciar supone siempre abrir nuevas oportunidades, no nos dejemos llevar por la inercia de visiones trasnochadas de la economía y centremos nuestros esfuerzos en hacer de Euskadi un territorio líder en la transformación verde de su tejido productivo
Movilidad sostenible: El sector del transporte es clave en esta transición ecológica, sin su completa descarbonización no se podrán a llegar a cumplir los objetivos marcados para mitigar el calentamiento global. En Euskadi, tenemos un amplio margen de mejora en este aspecto. Seguimos sin tener un buen transporte público interurbano, no tenemos nuestras 3 capitales conectadas por ferrocarril, continuamos sin una fecha fiable para la llegada del TAV a nuestro territorio y el uso del vehículo privado sigue siendo excesivo en las ciudades. En 2024, se implementarán, por fin, las primeras Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en nuestros municipios más grandes, algunas más ambiciosas que otras, y deben de ser una palanca de cambio para reducir el peso del coche en la movilidad urbana. También hay que hacer una transformación verde de la movilidad al trabajo en nuestra comunidad, una buena red de transporte público, mejores infraestructuras para la bicicleta y medidas innovadoras para el uso racional del vehículo privado pueden ser las mejores herramientas para conseguirlo.
Economía circular: Hace ya mucho tiempo que venimos diciendo que la linealidad no es una opción en nuestra economía. Sin embargo, seguimos tirando o quemando cada día miles de recursos en nuestros vertederos o incineradoras. Los ratios de reciclaje de nuestros territorios, especialmente los de Álava y Bizkaia, distan mucho de llegar a los mínimos exigidos por Europa. Hacer más circular nuestra economía pasa por una implicación mayor de todos los sectores y por un cambio de chip que debe realizarse con una mayor sensibilización y con una normativa cada vez más restrictiva que evite, por ejemplo, la obsolescencia programada o el uso excesivo del plástico en los envases. La mejora de nuestra recogida selectiva pasa también por un mayor reciclaje de la materia orgánica y por una mayor reutilización y reparación de todos los productos. Sería más que interesante que iniciativas como el Basque Circular Hub incrementaran su capacidad y que hubiera muchos más proyectos de instituciones locales en torno al impulso de la circularidad en nuestra vida diaria.
Aumento de la biodiversidad: Terminamos 2023 con la aprobación de la Ley europea de Restauración de la Naturaleza, una normativa que va a obligar a recuperar los ecosistemas dañados. Tenemos que asimilar como sociedad la importancia que tiene conservar nuestros espacios naturales, especialmente en una comunidad tan urbanizada e industrializada como la nuestra. Restaurar los degradados es también fundamental para mejorar aspectos como la calidad del aire, mitigar las emisiones de gases efecto invernadero y prevenir las consecuencias ya palpables del cambio climático. Esto pasa también por aplicar soluciones basadas de la naturaleza (SBN) a nuestros núcleos urbanos, renaturalizando nuestro espacio público más allá de los parques. Un buen ejemplo, son actuaciones como la de la Avenida Gasteiz de la capital alavesa, a la que se sumará este año otro importante eje de la ciudad, la calle Los Herrán. Reiniciar supone siempre abrir nuevas oportunidades, no nos dejemos llevar por la inercia de visiones trasnochadas de la economía y centremos nuestros esfuerzos en hacer de Euskadi un territorio líder en la transformación verde de su tejido productivo. Ojala todos los partidos lo tengan en cuenta en sus programas para las próximas elecciones vascas porque no hay otro camino posible.