No sé si habrá sido la chaqueta tipo Ken, el novio de Barbie sí, que lució Ramontxu en la retransmisión de las campanadas de fin de año o que de Cristina Pedroche queremos ver su no vestido de cada 31 de diciembre pero no nos fiamos como ‘campanóloga’ oficial, pero el caso es que, por primera vez en mucho tiempo, TVE superó en audiencia a Antena 3 en Euskadi con su retransmisión del cambio de año.
Quiero pensar, ingenua de mí, que la diferencia la ha marcado Jenni Hermoso, a quien TVE decidió apoyar públicamente invitándole a participar en el momento televisivo más importante del año. Su presencia en la Puerta del Sol de Madrid ha dado para muchos debates familiares. Que si no pinta nada, que si es seguir dando la matraca con lo mismo, que si es una forma de no olvidar que el mundo del deporte se vio sacudido este año por la denuncia a los ‘señoros’ del fútbol, aquellos que tratan a las mujeres de forma condescendiente y machista, etc, etc, etc. España partida en dos. Por una parte quienes se han sentido reflejados en el discurso de Hermoso y por otra quienes han aplaudido al causante de todo el caso Jenni, Luis Rubiales.
Mientras el ex presidente de la Real Federación Española de Fútbol aseguraba que “el ente público se ha posicionado, con el dinero de todos los españoles, sobre algo que ahora mismo se está dirimiendo en la Audiencia Nacional”, Jenni Hermoso confesaba que estar en ese balcón tan emblemático es algo de lo que todos vamos a acordarnos siempre, remarcando su carácter solidario e igualitario. “Ser campeonas del mundo lo hicimos con mucho sacrificio, mucho esfuerzo y mucho empoderamiento”.
Todo esto justo el día anterior a que la campeona del mundo volviese al juzgado para declarar en la recta final del “caso Rubiales”. Una vez más, Hermoso ha dicho que el famoso beso no fue consentido y que fue sometida a un tremendo marcaje para que cambiase su declaración en favor del ex presidente de la RFEF.
¿Habrá influido todo esto en el descenso de audiencia de Antena 3 en favor de TVE en Euskadi? Difícil saberlo a ciencia cierta pero lo cierto es que año tras año, de Cristina Pedroche recordamos su vestimenta pero no sus discursos. El de Jenni seguro que lo vamos a tener bien presente.
Pero los gestos, los apoyos, el #metoo, no debe de quedar únicamente en las pantallas de los televisores. Han de pasar a los despachos, a las juntas directivas y a los puestos de decisión.
Acabamos de entrar en año olímpico. 2024 nos llevará hasta París y hará visibles deportes que no tienen un seguimiento masivo pero cuyas federaciones han trabajado mucho para llegar hasta allí. Sin embargo trabajar mucho no quiere decir trabajar bien. Ni cumplir la ley.
La ley española del deporte establece que al menos el 40% de las directivas de las federaciones deportivas sean mujeres. Pues bien, de las treinta y dos disciplinas que participarán en los Juegos Olímpicos de París, solo diez cumplen con esa paridad. El artículo 47.3 de esa ley obliga a cumplir el requisito del 40% pero ni se cumple ni se hace cumplir. La ley está para saltársela, algo muy español.
Si repasamos algunos de los deportes con mayor seguimiento nos encontramos con que el baloncesto, la natación o el ciclismo se quedan por debajo del umbral y tienen entre un 20 y un 30% de mujeres. Al 50/50 están escalada, remo o badminton y cumplen la premisa del 40% las federaciones de patinaje, surf y balonmano. En la federación de tiro solo hay una mujer frente a trece hombres. Y hay dos disciplinas en las que el número de mujeres supera al de hombres en las direcciones: baile deportivo y triatlón.
Ojalá los Reyes Magos nos traigan más justicia, igualdad y mujeres en esas federaciones que estarán representadas en París aunque incumplan la ley
Vamos a llegar a los Juegos Olímpicos sin cumplir nuestra propia ley y apenas nadie va a tenerlo en cuenta. Si llegan las medallas, todos contentos.
Es necesario, mucho, que en las pantallas, en lo más visible, reivindiquemos la igualdad en el deporte y denunciemos las situaciones que vulneran los derechos de las mujeres, situaciones injustas y machistas. Sin embargo no podemos olvidarnos de quienes “pican piedra” cada día para lograr esa igualdad y esos derechos. Son aquellas que bregan en los despachos repletos de hombres haciendo un trabajo muy poco visible y agradecido. Vayan para ellas estas palabras, este apoyo. Ojalá los Reyes Magos nos traigan más justicia, igualdad y mujeres en esas federaciones que estarán representadas en París aunque incumplan la ley.