El presidente del Partido Popular del País Vasco, Javier de Andrés / ADRIÁN RUIZ HIERRO - EFE

El presidente del Partido Popular del País Vasco, Javier de Andrés / ADRIÁN RUIZ HIERRO - EFE

Opinión

El dilema del PP vasco

24 enero, 2024 05:00

Tres son los principales actores que bailan en una campaña electoral; partidos, candidatos y votantes.

En ocasiones, a quienes trabajamos en campañas electorales, ya sea desde el terreno o desde el análisis académico, se nos olvida la importancia de los votantes y tendemos a quitarles protagonismo. Incidimos mucho en partidos y candidatos pensando que cualquier cambio en estos actores producirá efectos en el votante y olvidamos que los votantes tienen sus propias dinámicas, tendencias y comportamientos. Además, en nuestro pedestal de pequeña cuota de influencia (que confundimos con poder), olvidamos que quién realmente manda en una elección es precisamente el votante.

Comento esto porque en las últimas jornadas estoy observando que en el PP vasco se está desarrollando un dilema de difícil solución.

Incidimos mucho en partidos y candidatos pensando que cualquier cambio en estos actores producirá efectos en el votante y olvidamos que los votantes tienen sus propias dinámicas

Vamos a plantear el contexto:
Desde hace unos años y con el fin de la violencia política en Euskadi, el PP Vasco sufre una larga crisis electoral en Euskadi. No obstante, parece que en estas elecciones autonómicas de 2024, los conservadores pueden levantar resultados sin ser lo que fueron en los años 90.

El contexto de subida generalizada en España parece favorecer a los populares vascos y estos se han consagrado a convertir a EH Bildu en blanco de sus ataques. Lógicamente, el PP quiere trasladar la idea de que son la principal fuerza para frenar un posible gobierno de EH Bildu y han decidido convertir a la coalición soberanista en protagonista de la campaña electoral vasca.

Tiene su lógica, el votante del partido popular en Euskadi parece haberse despertado de un letargo de años gracias a los acuerdos del gobierno de Sánchez con los independentistas y los dirigentes populares parecen dispuestos a explotar
este rechazo a EH Bildu hasta sus últimas consecuencias.

Pero aquí viene el dilema. Según algunos estudios realizados al respecto, el miedo a los abertzales es tanto entre los votantes de derechas que muchos piensan que EH Bildu ganará las elecciones vascas y conseguirá gobernar en Euskadi. El PP ha apoyado esta idea claramente y ha extendido el relato de un apoyo de los socialistas vascos a EH Bildu con el fin de desalojar al PNV. Para que se vea la trampa en la que ha caído la estrategia del PP hasta un 27,1% de los votantes populares creen que los de Otegi gobernarán tras las elecciones autonómicas. Ni los votantes de EH Bildu son tan optimistas en sus perspectivas de gobernar. Alguien entre los populares habrá pensado que esto es bueno para su formación, pero lo cierto es que ese 27,1% tienen tanto miedo a un gobierno de EH Bildu que podrían variar su voto (hacia quien compite directamente con EH Bildu por el poder, el PNV) solo para evitar esa posibilidad. Perder hasta un 30% de sus votantes podría ser nefasto para los de De Andres y aun así, no pueden dejar de centrar su estrategia del miedo a EH Bildu.

El contexto de subida generalizada en España parece favorecer a los populares vascos y estos se han consagrado a convertir a EH Bildu en blanco de sus ataques

El Partido Popular lleva 4 años convirtiendo sin querer a EH Bildu en protagonista de la política vasca. Lo han hecho con su actitud de apoyar a PSE y PNV en la conformación de los ayuntamientos para que EH Bildu no gobernase, criticando
duramente los acuerdos de gobierno con los soberanistas en Madrid e incluso, como lo hace habitualmente la presidenta de los populares madrileños, hablando de una especie de conspiración para acabar con España tal y como la conocemos,
que básicamente es la España que se identifica con los valores de los conservadores.

El partido en Euskadi ha seguido esa estrategia de sus compañeros de Madrid y han puesto toda su fuerza en resaltar esa oposición frontal a EH Bildu en cada una de sus acciones comunicativas. Lo hacen principalmente porque estas acciones
comunicativas tienen un gran impacto entre los votantes populares y son casi la única razón por la que un votante popular está dispuesto a movilizarse.

El punto en el que están los populares vascos hoy en día es que no parecen saber cuál es el punto medio para realizar un discurso capaz de movilizar a su electorado sin que se vaya al PNV para evitar una victoria de Otxandiano. No es fácil resolver este dilema y más cuando tu estrategia ha demonizado desde hace años a una opción política que cumple con todos los requisitos legales y morales para actuar en política de una manera normalizada.

Lo que ha hecho el PP es dejar toda la resolución de ese dilema al tercer actor en una campaña electoral, el votante.