Un hombre pasa junto a una pintada a favor de ETA.

Un hombre pasa junto a una pintada a favor de ETA. Efe

Opinión DIARIO DE CAMPAÑA

El debate de la convivencia y el fantasma del miedo

18 abril, 2024 05:00

Parecía una campaña anodina y tranquila hasta que el avispero lo ha agitado el candidato de EH Bildu al aceptar una entrevista en una radio estatal, y a la esperada pregunta sobre ETA, no se la tenía preparada. Los titubeos, la escurridiza palabrería para no referirse a ETA como una banda terrorista y acabar por desviar el dardo preguntando si lo de Israel entonces qué es, terminó por descolocar en esta campaña a Pello Otxandiano. Hasta ese momento, había surfeado la ola electoral cómodo sobre la tabla de las encuestas y con el viento a favor del cambio de ciclo.

Lo sorprendente no es que piense lo que piensa, lo llamativo es que le pillara desprevenido. Recuerdo a un profesor en la universidad que siempre nos repetía que la mejor improvisación es la que se prepara, sabio consejo que tenía que haber atendido Otxandiano.

La mejor improvisación es la que se prepara, sabio consejo que tenía que haber atendido Otxandiano

¿Puede tener repercusión electoral? Lo dudo. La férrea guardia de votantes de Bildu veteranos y advenedizos de otras formaciones con la decisión tomada, no cambiarán. Los que podían dudar entre Bildu y otro partido, probablemente sean los únicos interpelados por este error.

Lehenengo Aberria eta gero alderdia, un lema que solemos oír frecuentemente al coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi. El pueblo antes que el partido, hasta que no reconocer el carácter terrorista y criminal de ETA le aleja de ser creíble. Queda claro que los totems de la izquierda abertzale han pasado la página de nuestro reciente pasado sin leerla.

Más allá del resultado del domingo, más allá del tiempo transcurrido, la construcción de una sociedad democrática pasa por edificarse con pilares sólidos, como llamar terrorista a los terroristas, hablar de las torturas de Intxaurrondo, del terrorismo de Estado y la guerra sucia… el capítulo de la convivencia es imprescindible, pero en campaña hay una fina línea que separa el debate de la convivencia, con el fantasma del miedo.

El pueblo antes que el partido, hasta que no reconocer el carácter terrorista y criminal de ETA le aleja de ser creíble

Con más de un 20% de indecisos, además de no cometer errores ¿qué más pueden hacer los candidatos para atraer electores el domingo? Pues acudir a los medios de comunicación, entrevistas y debates. La agresión al candidato del PNV, Imanol Pradales, tras el mitin de Barakaldo, llegó a poner en jaque la celebración del único debate con los cabezas de lista de las siete formaciones. No siendo un trámite indispensable para triunfar en las urnas, es un peldaño necesario para impulsar la candidatura, sobre todo, si como en ésta, la tensión electoral es para tomar medicación por hipotensa.

Cuando se pregunta por lo que se espera de un debate, la respuesta políticamente correcta es el contraste de ideas y las propuestas de las formaciones para elegir la más apropiada. Bueno, pues esto lo podríamos llamar postureo. Más allá de unas líneas generales, en los debates buscamos intuir el líder que queremos que nos represente. Atisbar en el discurso, en la dicción, en la manera de presentarse, de interactuar con los demás, si hay alguno o alguna que proyectemos de acuerdo con nuestros intereses, al frente de la Lehendakaritza.

Ese es el reto de hacer un buen rifirrafe. Parecer creíble, generar confianza, que el discurso sea coherente. La impostura, por el contrario, es la mayor amenaza para un candidato.