Declaración de intenciones

Todo o casi todo lo que hacemos es una forma de manifestar aquello que queremos, eso a lo que aspiramos, una declaración de intenciones que en algunas ocasiones llega a buen puerto y en otras, más de las que nos gustaría, no terminan de materializarse.

Los programas políticos son eso, declaraciones de intenciones que pocas veces se leen, y muchas menos, se cumplen. El nuevo Gobierno vasco liderado por Imanol Pradales, que se estrena como Lehendakari, plantea la friolera de 1.000 iniciativas para poner en marcha a lo largo de la legislatura. Un proyecto muy ambicioso, tal vez demasiado, sobre todo, si tenemos en cuenta que los días siguen teniendo 24 horas.

Mil propuestas tienen el programa del Gobierno que se acaba de estrenar. Muchas de ellas sin duda, están destinadas a dar respuesta a las preocupaciones que los vascos y vascas venimos manifestando desde hace tiempo: sanidad, vivienda, el coste de la vida y la seguridad. Estas son las áreas que se visualizan como prioritarias, y que requieren urgentes nuevas políticas.

No aparecen entre las principales y reiteradas preocupaciones, cuestiones de primer orden relacionadas con la economía, como es la situación de la industria, los retos empresariales, o la falta de trabajadores para cubrir determinados perfiles profesionales.

Nos falta gente en todos los ámbitos: en educación, en sanidad, en las empresas…no es fácil encontrar profesionales y cuando menos tenemos que aspirar a que no se vayan los que tenemos

No citamos estas cuestiones cuando nos preguntan, seguramente por desconocimiento, o porque creemos que no va con nosotros. Y va con nosotros, tanto que nos la estamos jugando.

Por eso, se agradece que el Lehendakari esté haciendo referencias expresas a estos asuntos en sus diferentes intervenciones. Se nota que tiene sensibilidad respecto a estos temas, lo cual es además de positivo, es digno de elogio.

En un momento en el que la competencia es especialmente dura; en el que tener valores diferenciales no es sencillo; en el que la pérdida de lo que aquí llamamos arraigo es más que evidente, es necesario cuando menos compartir el diagnóstico, para intentar  poner en marcha iniciativas que nos permitan recuperar el espacio que tuvimos, y que poco a poco hemos ido perdiendo.

Especialmente significativo es que entre las competencias que asume la Lehendakaritza comandada por Pradales, este el capítulo del talento que tan importante es ahora mismo. Nos falta gente en todos los ámbitos: en educación, en sanidad, en las empresas…no es fácil encontrar profesionales y cuando menos tenemos que aspirar a que no se vayan los que tenemos. Sin duda,este es un reto de altura para la nueva legislatura. Un reto que el Lehendakari asume como propio, lo cual deja clara la importancia que le atribuye.

Sería fantástico ser como hemos sido durante mucho tiempo, modelo para otros

Por supuesto también el nuevo responsable de industria ha compartido el mensaje en lo que a este capítulo se refiere. Renacer industrial. Así lo han denominado y creo que la expresión está muy bien traída. En Euskadi, particularmente en Álava se nos ha reconocido, y aún se nos reconoce, por nuestro componente industrial, y por el saber hacer, pero de alguna forma y en algunas cuestiones, nos hemos quedado estancados, y eso nos hace perder posiciones, máxime cuando muchos en nuestro entorno han aprendido la lección, y han ido poco a poco recuperando terreno.

“Euskadi debe liderar el renacer industrial europeo” ha proclamado en su toma de posesión el consejero de Industria y Transición Energética Mikel Jauregi. Ambicioso. Pero, ojalá. Sería fantástico ser como hemos sido durante mucho tiempo, modelo para otros. De momento algunos nos conformamos con no perder, y en la medida de lo posible afianzar lo que ya tenemos.

La música en lo que, al mundo de la empresa, y en concreto a la industria se refiere, suena bastante bien en las voces de los responsables del nuevo Ejecutivo. Ahora toca ser prudentes y en el campo económico, como en el resto hay que jugar la baza de la prudencia, y esperar para ir viendo cómo se concretan las diferentes actuaciones.

De momento toca conceder el beneficio de la duda al nuevo gabinete, y esperar a que las intenciones pasen a ser realidades.