Estragos causados por la DANA a 4 de noviembre en Chiva (Valencia)

Estragos causados por la DANA a 4 de noviembre en Chiva (Valencia) Europa Press

Opinión

Necesitamos un oasis

  • Los kilómetros que nos separan en distancia se han ido llenando mediática y políticamente de otro tipo de fango tóxico
  • Quo Vadis Gogora
Publicada

Vaya por delante lo más importante y urgente, que en este momento es solidarizarse con el pueblo de Valencia, de las zonas afectadas en Castilla La Mancha, Málaga y Cataluña.

Siete días después del paso de la DANA más demoledora del siglo, no tienen justificación alguna las carencias solventables que está sufriendo la población, incluida  la ausencia de un liderazgo político y emocional que es el único asidero que queda cuando el lodo ha destrozado vidas, proyectos, la cotidianidad de abrir el grifo del agua potable y salir de buena mañana a trabajar.

La esperanza aún siquiera se divisa al final del túnel en mitad de la muerte, los barros, los coches apilados, las casas destruidas y el incesante pensamiento circular de qué va ser de mí y de los míos a partir de ahora.

¿Qué hacemos con la escoria del mal llamado periodismo y la contaminación digital que ahoga la verdad y el legítimo derecho a la información veraz?

Desde la mano tendida a todos ellos, los kilómetros que nos separan en distancia se han ido llenando mediática y políticamente de otro tipo de fango tóxico y hediondo. Los sedimentos de la mala gestión política, espero sean depurados con responsabilidades jurídicas ante la gravedad de lo sucedido, pero ¿qué hacemos con la escoria del mal llamado periodismo y la contaminación digital que ahoga la verdad y el legítimo derecho a la información veraz?

Nos ahogamos mientras la corriente nos separa de los islotes que nos ponen a refugio de la desinformación. Agotados de nadar a contracorriente de quien con un micrófono y una red social se convierte en referente informativo para millones de personas. Desde el improvisado reportero que se arrodilla para mancharse intencionadamente de barro para generar pena y armar relatos, a las cadenas de audio asegurando que los equipos de rescate han hallado miles de muertos en el parking del centro comercial de Bonaire.

La miseria y la grandeza humana son dos caras de la misma moneda, propia de nuestra condición, pero tengo la sensación de que cada vez que se lanza al aire está viciada a caer de la peor cara

No solo no tenéis perdón, lo que tendrías que tener son consecuencias, vosotros y los responsables de daros voz. ¿Es que os parecen pocos los muertos que ya se han contabilizado? La miseria y la grandeza humana son dos caras de la misma moneda, propia de nuestra condición, pero tengo la sensación de que cada vez que se lanza al aire está viciada a caer de la peor cara. Me abruma el pesimismo, me supera la impunidad de los cobardes que no se mueren de miedo a tener que asumir responsabilidades.

Felipe VI en su controvertida visita a la localidad valenciana de Paiporta donde ya se han contabilizado la mayor parte de los fallecidos, unos setenta, y en mitad del aluvión de críticas que cuestionaban su presencia apelaba a un ciudadano a no caer en los bulos porque su única intención es crear el caos.

Y ¿qué hay en ese caos? Pues hay jóvenes que se acercan al monarca con una sudadera de la Divisón Azul, la divisón 250 franquista que acudió a luchar con las tropas nazis de Hitler en la Segunda Guerra Mundial, hay líderes de la extrema derecha y hay cualquier intención de deslegitimar la democracia. Lo llaman la antipolítica, pero en realidad es el camino más corto al autoritarismo. Los miserables cultivan en el odio, en la decepción y siembran más dolor para colar sus ideas. Retozan como gorrinos cuando la gente veivenea en manos de quienes deben ejercer el legítimo liderazgo.

Necesitamos oasis en la política y en el periodismo. Necesitamos saber que podemos estar contemplando la vida en su mejor y peor vertiente bajo la palmera de la fortaleza de las instituciones. Necesitamos que en ese oasis no haya pozos oscuros y secos donde las empresas periodísticas y el poder de la opinión pública en redes sociales esté en manos privadas ajenas e irresponsables de los contenidos que se vierte en ellas.

La democracia también consiste en elegir, ser parte activa en la no difusión de mentiras

También necesitamos repensarnos, mirar dentro de nosotros mismos. No todo el trabajo está ahí fuera, hay que saber que nuestra propia acción puede ser un oasis. La democracia también consiste en elegir, ser parte activa en la no difusión de mentiras y no dejarnos arrastrar por las corrientes de la respuesta fácil y el simplismo del todos son iguales.

Una película de escaso éxito de mediados de los 90 nos relataba el distópico futuro de la Tierra cuando los casquetes polares derretidos anegaron los continentes dejando muy poca tierra firme. Énola, una de las protagonistas de Waterword, lleva en su espalada el mapa con las coordenadas de la poca tierra firme existente, el entorno del Everest, como refugio de toda la humanidad. Cuando amainen las aguas me pregunto si lo ocurrido servirá como tatuaje guía de Énola o si el barro manchará del todo cualquier esperanza.