La vicepresidenta primera y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en el Congreso de los Diputados, a 21 de noviembre de 2024

La vicepresidenta primera y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en el Congreso de los Diputados, a 21 de noviembre de 2024 Europa Press

Opinión

El tamaño, sí importa

Publicada

El tamaño es importante prácticamente para todo, también por supuesto, cuando nos referimos a las empresas. Las grandes y las pequeñas no tienen las mismas necesidades, ni los mismos problemas, ni los mismos recursos para afrontar el día a día. Son claramente diferentes, por eso es difícil entender que se establezcan medidas que deban aplicar grandes y pequeñas de la misma forma.

Hay una tendencia exagerada cuando se habla de empresas a pensar de forma casi exclusiva en las grandes compañías que son las que más salen en los medios, las que más empleados concentran, las que se supone que más ganan… y una lista larga de características que aplican a las grandes. Sin embargo, esas las grandes, son las menos. Nuestro tejido empresarial está integrado al 99%, por pymes y micro pymes

Estas, las pequeñas afrontan las cuestiones de forma diferente a ese 1% que constituyen las grandes, y son, sin ningún lugar a dudas, las que gestionan el grueso del mercado laboral y con él, la economía.

Son ellas, a través de sus representantes, las últimas en alzar la voz ante el anuncio ya reiterado por parte del Gobierno, y en concreto de la ministra Yolanda Diaz, de que en el 2025, volverá aplicarse una subida del Salario Mínimo Interprofesional, compromiso por otra parte adquirido hace tiempo por el ejecutivo de Sánchez, y que saldrá adelante al margen de que no cuente con el beneplácito de todos los agentes sociales, concretamente de la patronal.

Si no puedes permitirte reducir las horas de tu equipo y además pagarles un poco más, está claro que algo estás haciendo mal

Manifestarse en contra de la subida del SMI o de la reducción de la jornada laboral, independientemente de los argumentos con los que se haga, es sinónimo de ser poco menos que un esclavista, y sobre todo un nefasto empresario, porque si no puedes permitirte reducir las horas de tu equipo y además pagarles un poco más, está claro que algo estás haciendo mal.

Pues puede que sí, o puede que no, porque entre otras cosas, generalizar es tan malo como aplicar las mismas medidas a todos por igual, como si todas las empresas y todos los sectores, estuvieran cortados por el mismo patrón.

Entre las pequeñas, que dicho sea de paso han visto como desde el 2018 los costes laborales se han incrementado en un 18%, habrá empresas a las que una nueva subida del SMI les suponga impedimentos para invertir, para contratar trabajadores o incluso para mantener las plantillas, y ello supondrá que el empleo se resienta. Algo parecido ocurre con la reducción de la jornada laboral aplicada como el “café para todos”.

Hay sectores que claramente se ven mucho más afectados que otros, para asumir esa imposición. No es lo mismo la hostelería que la industria. Esto que parece tan evidente, deja de serlo cuando las medidas acaban imponiéndose y se trata a todos por igual.

Hay que valorar quién gana y quién pierde, para juzgar si realmente merece la pena hacer tabla rasa y aplicar a todos la misma medicina

Hay que medir lo que se gana y lo que se pierde cada vez que se pone en marcha una de estas iniciativas. Y hay que valorar quién gana y quién pierde, para juzgar si realmente merece la pena hacer tabla rasa y aplicar a todos la misma medicina, aunque las enfermedades no sean ni siquiera parecidas.

Con toda seguridad ganaríamos más si en lugar de apostar por el 33 a la hora de acometer determinadas políticas, se abordarán los procesos introduciendo un parámetro tan importante y tan poco explotado como es la flexibilidad. Esa que permite adaptaciones adecuadas para cada caso. 

Cada empresa es un mundo, y es cierto que es imposible hacer un traje a medida para cada una de ellas pero hay parámetros similares fundamentalmente si tenemos en cuenta los sectores de actividad, para poder ofrecer no adaptaciones a la carta pero sí al menos, aproximaciones a diferentes realidades que requieren de iniciativas diferenciadas.