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Una cifra demencial: 421. Este es el número de actos de enaltecimiento, recuerdo, homenaje o amparo a miembros de ETA celebrados en 2024. Así lo ha recogido el Observatorio contra la Radicalización del Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite).

Hasta 421 actos, la mayor parte en Euskadi y otros en Navarra, en recuerdo de una organización terrorista que tanto dolor provocó aquí y en toda España. Una banda que secuestró la libertad porque impedía que las personas que pensaban diferente se pudieran manifestar de forma libre. Y sí, todavía hoy hay actos de enaltecimiento de sus miembros.

Aunque sean 45 actos menos que en 2023, un 10%, el dato sigue siendo demencial. No nos lo podemos permitir como sociedad.

Tiene que continuar la lucha por edificar una memoria basada en la verdad de los hechos y que no legitime a los terroristas, sino que los deslegitime, que los envíe adonde tienen que estar, al vertedero de la historia.

Este mismo fin de semana hemos visto una manifestación en defensa de los derechos de los presos de ETA. Nada que objetar salvo que se les trate acríticamente, sin tener en cuenta por qué están presos y se diga que son "presos políticos". No son presos políticos, están en la cárcel porque formaban parte de una organización terrorista.

Es legítimo, repito, salir a la calle a reivindicar sus derechos, a pedir que se mejoren sus condiciones o incluso las reducciones de sus condenas. Lo que no es legítimo es tener en las calles pintadas, carteles o fotografías de miembros de una organización terrorista que tanto dolor provocó.

Esa memoria necesaria tiene que estar basada en la verdad de los hechos. No tiene que dejar a nadie atrás y debe tener en cuenta otras vulneraciones de derechos y, por supuesto, el terrorismo de estado. 

Eso sí, no por hablar de diferentes vulneraciones o diferentes terrorismos se deben diluir las responsabilidades. Esa es una trampa que algunos quieren hacer. Aquí hubo una banda terrorista que contó con apoyo social y político y que provocó mucho dolor. Y hay que deslegitimarla, debemos insistir. 

Algunas asociaciones como por ejemplo Covite, la Fundación Buesa o Gogoan llevan años luchando por ello, desde el final del terrorismo. Y aquí, en Crónica Vasca, también tratamos de hacerlo.

Hay que continuar dando esa batalla. No podemos aceptar que se legitime en la calle a miembros de ETA, en algunos casos incluso con la complicidad de ayuntamientos, según denuncian las víctimas.

Repito que no nos lo podemos permitir como sociedad. Es demencial y hay que seguir luchando para evitarlo.

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