Contenedor amarillo para reciclar plásticos y envases

Contenedor amarillo para reciclar plásticos y envases Europa Press

Opinión

El retorno de los retornables

España debería estar reciclando este año el 55% de los residuos que produce, sin embargo, esta cifra no llegaba en 2024 al 40%

Más del autor: El calentamiento y la competitividad

Más del autor: Otro tren es posible

Publicada

Este pasado fin de semana un reportaje de uno de los programas más longevos de la televisión visitaba la costa vizcaína para poner de nuevo el foco sobre el gravísimo problema que supone para nuestros mares y océanos el enorme incremento de la basura marina.

Una buena parte de estos residuos que flotan en su superficie o permanecen en el fondo son plásticos de un solo uso que no reciclamos y que acaban contaminando las aguas de nuestro litoral y de todo el planeta.

El origen de este problema está por tanto en cada uno de nuestros hogares, en la falta de conciencia ecológica de miles de ciudadanos que siguen sin utilizar el contenedor amarillo para depositar estos plásticos, pero también en la falta de respuesta por parte de las instituciones para buscar otro método de recogida más eficaz, minimizar el envasado de productos en este tipo de material o castigar estas conductas de una manera diligente y ejemplar.

España debería estar reciclando este año el 55% de los residuos que produce, sin embargo, esta cifra no llegaba el año pasado al 40%, así que vamos a acumular en nuestro currículo medioambiental un nuevo fracaso al que no va a ser fácil darle la vuelta.

Es cierto que los ratios de recogida selectiva en Euskadi son un poco mejores que los de la media española pero, aun así, también se va a incumplir esta directiva con creces en la mayoría de los territorios. Es evidente que algo estamos haciendo mal y es urgente que hagamos algo para cambiarlo.

SDDR en Reino Unido

SDDR en Reino Unido Europa Press

El primer gran cambio está ya en marcha y va a llegar antes del final de 2026 con la implantación en nuestro país de un Sistema de Depósito, Devolución y Retorno (SDDR) de todos los envases de plástico de un solo uso. Este es un sistema muy extendido en algunos países europeos como Alemania, que tiene uno similar desde 2003, y que ha logrado que estas naciones tengan una tasa de reciclaje mucho más elevada que la española.

Tampoco es ajeno para muchas personas que ya han superado los 50 y que recordarán como este método ya se utilizaba en España con algunos envases de vidrio. El nuevo sistema va a incluir también las latas y envases de cartón para bebidas y tendrá un precio mínimo de 10 céntimos por envase retornado. Esta normativa va a suponer un auténtico reto para los productores que tienen que encargarse de su puesta en marcha adaptando el etiquetado, cambiando los sistemas informáticos, formando a todo el personal o gestionando espacios de recogida específicos en las tiendas, entre otros.

Los envases retornables vuelven a nuestras vidas tras el fracaso constatado del sistema de contenedores actual, que sólo ha llegado a reciclar poco más del 40% de los envases de plástico en 2023 cuando Europa reclamaba un 70% para ese año. Sin embargo, su entrada en funcionamiento no supondrá la desaparición de los contenedores amarillos actuales ya que seguirán utilizándose para depositar otros residuos plásticos que no son PET como las latas de conserva, bolsas de aperitivos o botes de suavizante.

En cualquier caso, el reto pendiente seguirá siendo el de cambiar los hábitos actuales de un comportamiento ciudadano educado en el paradigma de usar y tirar para volver a consumir. 

 ¿Qué podemos hacer todos y cada uno de nosotros para reducir los desechos generados? 

Seguimos viviendo ajenos y dando la espalda al gravísimo problema medioambiental que estamos causando al planeta por no gestionar adecuadamente nuestros residuos y ya hemos comentado varias veces que una buena gestión pasa primero por reducir los desechos generados. ¿Qué podemos hacer todos y cada uno de nosotros para lograrlo?

Primero, consumir de manera responsable, eliminando de nuestro vocabulario conceptos como el de la fast fashion o la fast food, que muchas veces conlleva un sobre envasado excesivo.

También practicando la economía circular en nuestro hogar o empresa, reutilizando y dando un segunda vida a residuos que, con un poco de esfuerzo e imaginación, pueden convertirse en recursos. De este último aspecto tenemos un montón de buenos ejemplos de empresas vascas que han hecho de esta práctica un negocio rentable y con mucho futuro.

Por último, conjugar bien un verbo esencial para no generar residuos innecesarios: separar. Si separamos correctamente la basura que generamos estamos garantizando un tratamiento adecuado que va a evitar, por ejemplo, que nuestros ríos y mares se llenen de plásticos.

Esperemos que su entrada en funcionamiento impulse definitivamente la recogida selectiva de estos plásticos, pero no nos olvidemos que incorporar nuevos hábitos requiere de un esfuerzo extra de sensibilización y educación

El nuevo sistema de retorno de envases es un claro ejemplo de economía circular que debería haberse puesto en funcionamiento mucho antes. Esperemos que su entrada en funcionamiento impulse definitivamente la recogida selectiva de estos plásticos, pero no nos olvidemos que desaprender lo aprendido e incorporar nuevos hábitos requiere de un esfuerzo extra de sensibilización y educación.

Empecemos ya a promover estas prácticas y a eliminar de nuestro diccionario la palabra basura. Si lo hacemos estaremos un paso más cerca de un mundo libre de plásticos. Es hora de darse cuenta de que, como dice una campaña de la Diputación Foral de Álava, “detrás de nuestros residuos hay mucho más de lo que ves”.