
Los servicios sanitarios atienden a migrantes llegados en cayuco a Puerto Naos (Imagen de Archivo) / Europa Press
Los menas y la extrema derecha
Aunque la inmigración es indispensable (aparte de inevitable), si no se hace bien y no se garantiza la convivencia, puede ser problemática
'Más información': Euskadi ve con buenos ojos el reparto de menores migrantes pero cree que hay "margen de mejora"
'Más del autor': ¿Querrá el PNV gestionar la inmigración?
Por lo que se ve, el reparto de 4.400 menores extranjeros no acompañados (MENAS) entre las distintas comunidades autónomas, es decir, a lo largo y ancho de España, país en el que ya se encuentran, supone un grave problema político. Y es cierto que cuesta creer que la distribución de este limitado número de menores para un país de casi cincuenta millones de habitantes que recibe a casi cien millones de turistas todos los años pueda significar un problema, pero a este punto hemos llegado: por mucha vergüenza que nos provoque, lo cierto es que las distintas comunidades autónomas pelean por recibir cuantos menos menores extranjeros mejor, no vayan a saturarse o incluso colapsar sus servicios sociales. Y no solo para impedir el supuesto colapso, sino para no soliviantar a los posibles votantes, muchos de los cuales han interiorizado esta cuestión como problema real que afecta a sus vidas.
En el fondo, no es un problema su acogida sino su distribución, dado que es ahí donde surgen los ya habituales enfrentamientos entre las distintas comunidades autónomas, cada cual centrada en defender sus propios intereses y obviar los intereses del conjunto.
Junts, que no gobierna ni siquiera Cataluña, resulta que gobierna en toda España
De hecho, si España fuera, pongamos por caso, un Estado unitario sin descentralización política y, por lo tanto, sin gobiernos ni parlamentos regionales, no existiría este problema, y el Gobierno de España decidiría su distribución sin discutir los criterios con nadie; de la acogida como tal de los menores ni hablo, dado que es legalmente obligatorio, por mucho que algunos partidos hagan tanta demagogia al respecto.
El PSOE acaba de llegar a un acuerdo con Junts para definir el modo en que se llevará a cabo la distribución de los menores en el conjunto de España. Junts, que no gobierna ni siquiera Cataluña, resulta que gobierna en toda España. El objetivo de la extrema derecha catalana era que Cataluña evitara en lo posible la acogida de menores, y parece que ha logrado el objetivo: según los independentistas, Cataluña acogerá a entre 20 y 30 menores, cosa que está por ver, mientras que a Madrid le corresponderán más de 700, otro de sus objetivos. Porque ahora el objetivo de los nacionalistas es doble: ya no consiste únicamente en beneficiar a su comunidad autónoma sino en perjudicar a las demás, especialmente si son del PP. Y el PSOE, claro, acepta el chantaje, como ha aceptado todos los chantajes anteriores.
El reto de la inmigración es sobre todo europeo, no de cada uno de los Estados nacionales
La modificación del artículo 35 de la Ley de Extranjería aprobada vía decreto por el Consejo de Ministros permitirá el reparto obligatorio de menores migrantes entre las distintas comunidades autónomas, cosa que está muy bien, dado que seguimos siendo un solo país y no 17.
Al fin y al cabo, los inmigrantes que arriban a nuestras fronteras no lo hacen para llegar a una determinada comunidad autónoma sino porque somos España y porque España forma parte de la Unión Europea. Y sobra decir, ciertamente, que el reto de la inmigración es sobre todo europeo, no de cada uno de los Estados nacionales.
Para el reparto de los migrantes menores no acompañados, que no son paquetería sino seres humanos, el Ejecutivo utilizará un sistema de ponderación según los criterios de densidad poblacional, renta per cápita, tasa de paro y esfuerzo realizado, entre otros. Al parecer, estos son los criterios que harán que Cataluña deba acoger a menos de 30 y Madrid a más de 700.
No vaya a contaminarse la identidad catalana y obstaculizarse la independencia política
Sobra decir que Junts buscó primero este resultado y después eligió los criterios, no vaya a contaminarse la identidad catalana y obstaculizarse la independencia política a la que aspiran, y el PSOE tragó con la fórmula. Al fin y al cabo, ¿qué mejor forma de levantar un muro contra la extrema derecha que pactando con la extrema derecha cuestiones relacionadas con la inmigración, que tanto detestan los supremacistas?
El decreto, que ya ha entrado en vigor, deberá convalidarse en el Congreso de los Diputados, y quienes forman la llamada "coalición progresista" que sostiene a Sánchez se han mostrado contrarios a la propuesta por xenófoba y racista, cosa que no les impedirá, seguramente, apoyar el acuerdo dado que el objetivo último es que Sánchez siga en la Moncloa, y que no llegue al Gobierno de España… la derecha xenófoba y racista. Por su parte, Illa, uno de los más indecentes, que ni corta ni reparte, permanece desaparecido a pesar de ser el presidente de Generalitat, con su sueldo de casi 140.000 euros anuales en el bolsillo.
El Gobierno vasco ha valorado de forma positiva el acuerdo, por lo que intuyo que calcula que no recibirá más menores de los que quiere
El Gobierno vasco ha valorado de forma positiva el acuerdo, por lo que intuyo que calcula que no recibirá más menores de los que quiere. Y quiere poquitos, que luego nos colapsan la Educación y Osakidetza, como todo el mundo sabe. Ya tienen el chivo expiatorio para tapar su incompetencia.
En Euskadi, según señaló el lehendakari, Imanol Pradales, hay más de 900 menores no acompañados, y a él le parece que ya son bastantes. En todo caso, de momento no se atreven a dar cifras concretas, pero mejor pocos que demasiados. En cuanto al fondo extraordinario de 100 millones de euros, el Gobierno vasco ha asegurado que "existe margen de mejora", ya que, como buenos vascos, pensamos como los catalanes: la pela es la pela; y, en este caso, mejor más que menos. Y es que cómo somos los vascos de solidarios.
Aunque la inmigración es indispensable, si no se hace bien y no se garantiza la convivencia, puede ser problemática
Tengo ciertas dudas sobre la política migratoria que debe defenderse desde la Unión Europea y desde el Gobierno de España, dado que el asunto es complejo y, aunque la inmigración es indispensable (aparte de inevitable), si no se hace bien y no se garantiza la convivencia, puede ser problemática. De hecho, ya lo está siendo en determinados barrios de ciertas ciudades españolas y europeas. Por eso debe actuarse con responsabilidad, que es como casi nunca se hacen las cosas en España.
Tengo también algunas certezas. Entre ellas, que la política migratoria es asunto europeo y a toda la Unión Europea le corresponde enfrentar el reto; y, desde luego, que debe actuarse en origen y exigir a los países de los que huyen que asuman su responsabilidad indelegable en el trato y búsqueda del bienestar de sus propios habitantes; y, una vez que llegan, que debe favorecerse su integración y la convivencia.
En cuanto a la acogida de Menores Extranjeros No Acompañados, deben definirla los partidos nacionales; que un partido independentista fije cómo debe realizarse el reparto es un disparate. Sobre todo si este partido independentista es de extrema derecha y xenófobo. Y es que debe de haber otra forma de levantar un muro contra la extrema derecha que pactando con ella.