Diez años de la ley vasca de vivienda

Diez años de la ley vasca de vivienda SHOX art

Opinión

Diez años de la ley vasca de vivienda

UPyD era quien podía declinar la balanza y hacer posible la aprobación de la primera ley vasca de vivienda

Más información: La firma de hipotecas crece por encima de la media española

Más del autor: El viejo PNV de Aitor Esteban

Publicada

Próximamente se van a cumplir diez años de la aprobación de la celebrada ley de vivienda vasca, que ciertamente no ha logrado resolver todos los problemas que nos propusimos resolver quienes la aprobamos en el Parlamento Vasco allá por 2015, pero que espero haya al menos ayudado a paliar los principales.

Si efectivamente no está siendo así, sirva al menos como intento de resolverlos y como experiencia de la que sacar conclusiones, y tómense las medidas legislativas correctoras que sean precisas para que el problema de la vivienda sea cuanto antes menos problema para los vascos; la cuestión es que algunos problemas tienen difícil resolución, y pasa también que las leyes no son sino el reflejo ideológico del parlamento que las aprueba: más o menos liberal o más o menos intervencionista, con todo lo que ello implica. Y en aquel debate UPyD fue el voto que hizo posible la aprobación de la ley. Y diez años después, no me arrepiento de aquel voto decisivo.

El grupo socialista fue el que llevó la proposición de ley que inició el debate para que Euskadi, en virtud de sus competencias, tuviese por fin su ley de vivienda, tras años durante los cuales no se alcanzaron los consensos necesarios entre los principales partidos políticos que habían gobernado, principalmente PNV y PSE, ambos con visiones divergentes sobre cómo hacer frente al problema.

En ese escenario, UPyD era quien podía declinar la balanza y hacer posible la aprobación de la primera ley vasca de vivienda, como ya había ocurrido en otros debates sobre determinados asuntos sociales. Siendo esto así, traté de ejercer toda mi influencia para que por fin fuera posible, con la inclusión de algunas de nuestras principales ideas. Es lo que tiene disponer de un voto decisivo. Y de ahí que nos mojáramos para lograr el objetivo de aprobar la mejor ley de vivienda posible, en lugar de mantenernos de brazos cruzados abdicando de nuestras obligaciones. 

Ya desde el principio, UPyD trató de que el texto final pudiera recoger tres cuestiones que a nosotros nos parecían fundamentales: el derecho subjetivo a disfrutar de una vivienda digna; que toda la vivienda pública fuera en alquiler; y medidas para luchar contra los desahucios injustos que sufren ciudadanos vulnerables atrapados en serias dificultades económicas.

Y nuestro voto decisivo logró que estos tres asuntos fueran recogidos en la ley (más allá de que la ley recogiera otras cuestiones que nos gustaran menos), tras las arduas negociaciones que mantuve con el diputado socialista Bixen Itxaso

Desde el inicio, UPyD planteó una serie de enmiendas parciales para corregir o salvaguardar el texto que llegó a la cámara: la supresión de la figura de los alojamientos dotacionales; la apuesta por la vivienda pública exclusivamente en alquiler destinada a los ciudadanos que, en cada momento, se encuentren en situación de mayor vulnerabilidad; la atención especial a aquellos colectivos en peor situación económica o en riesgo de exclusión social...

Si echo la vista atrás, me siguen pareciendo medidas razonables que podían ayudar a resolver al menos en parte el problema de la vivienda en Euskadi

También la defensa del derecho subjetivo a disfrutar de una vivienda digna; el apoyo a la implantación de un canon justo y razonable a las viviendas deshabitadas ubicadas en determinadas zonas como el que planteaba el grupo socialista (10 euros por metro cuadrado al año) y oposición al canon propuesto por EHB, cuya cuantía se disparaba hasta cantidades extraordinariamente elevadas; el apoyo a la creación de un único Registro de Viviendas de Protección Pública; el apoyo a la constitución del Patrimonio Público de Suelo; la supresión de la propuesta socialista para la creación del Fondo de Garantía y Compensación; la supresión de las Sociedades Urbanísticas de Rehabilitación...

Asimismo la supresión del depósito de fianzas propuesto por el grupo socialista; el apoyo a la creación de un registro de viviendas deshabitadas; el apoyo al alquiler forzoso de la vivienda deshabitada en determinadas circunstancias; e, inicialmente, la supresión de la propuesta socialista para la expropiación forzosa del uso temporal de viviendas incursas en procedimientos de desahucio por ejecución hipotecaria… aunque finalmente llegamos a un texto alternativo que mejoraba y completaba la redacción inicial y garantizaba su seguridad jurídica.

Si echo la vista atrás, me siguen pareciendo medidas razonables que podían ayudar a resolver al menos en parte el problema de la vivienda en Euskadi.

Y, tras una larga negociación con el grupo socialista en la persona del diputado Bixen Itxaso, nos sentimos satisfechos con lo finalmente incluido en la ley. E, igualmente, con el mantenimiento de nuestra promesa de no negociar nada en relación a ningún asunto con EHB, por su connivencia con el terrorismo de ETA, cosa que mantuvimos a lo largo de toda la legislatura. 

En concreto, logramos nuestros principales objetivos, todo un éxito habida cuenta que disponíamos de un solo diputado entre 75. Y, frente a la visión exclusivamente mercantilista de la política de vivienda, logramos: la implantación del derecho subjetivo a disfrutar de una vivienda digna, adecuada y accesible, derecho recogido en el artículo 47 de la Constitución Española y que las comunidades autónomas tienen obligación de desarrollar; que toda la vivienda pública sea en alquiler, reclamación histórica de UPyD (de hecho, fue la primera iniciativa que registramos en el Parlamento Vasco, en 2009, que recibió el rechazo de los principales partidos políticos); y la puesta en marcha de mecanismos jurídicamente seguros y políticamente avanzados para luchar contra el drama de los desahucios injustos. 

El debate fue largo, apasionante y, desde luego, dificultoso. Y generó cierta polémica en el interior de UPyD, partido transversal que guarnecía en su seno sensibilidades políticas distintas

Gracias a nuestro solitario voto, la sociedad vasca dispone desde hace diez años de un buen instrumento para ayudar a resolver el problema de la vivienda, que puede ser la base para la introducción de las correcciones y modificaciones que sean necesarias (aunque seguirá primando la ley de la oferta y la demanda).

Tal como estaban las cosas entonces (y siguen estando a día de hoy) y después de que tanta gente haya sufrido tanto, no podíamos mirar para otro lado ni lavarnos las manos. El debate fue largo, apasionante y, desde luego, dificultoso. Y generó cierta polémica en el interior de UPyD, partido transversal que guarnecía en su seno sensibilidades políticas distintas.

No obstante la aprobación de aquella ley hace diez años, el acceso a la vivienda sigue siendo un grave problema para los vascos. Por lo que los partidos políticos con representación institucional deberían estrujarse los sesos para resolverlo o al menos paliarlo con la introducción de las modificaciones legales que sean pertinentes; en lugar de mirar para otro lado o permanecer envueltos en sus absurdas y sectarias luchas de poder. Ojalá se dediquen a ello.