¡Lo que nos faltaba! Sabíamos que la guerra civil fue civil, también en Euskadi. Con más carlistas y fascistas por metro cuadrado de lo que les gusta reconocer a nuestros próceres nacionalistas. O sea que nada de españoles contra vascos. No sean memos.
Lo que tal vez sea menos conocido es que fue Juan Tellería, guipuzcoano y de Zegama, el autor de la música del Cara al Sol. El busto que había en su localidad natal fue volado por ETA en 1972. De nuevo trifulca civil. Por no hablar de la letra, a la que contribuyeron el bilbaíno de adopción, Rafael Sánchez Mazas, que sobrevivió a su fusilamiento en el tramo final de la contienda, y el irundarra Pedro Mourlane Michelena.También tiene hondas raíces vascas el Oriamendi, himno carlista cuya letra, la conocida Por Dios y la pata del buey, o algo así, fue obra del navarro Ignacio Baleztena.
Quiero apuntar con esto que la dictadura fascista, y luego franquista, que emergió de la victoria armada contra el régimen legalmente constituido de la Segunda República, y que sumió a medio país en la oscuridad y el miedo hasta la muerte del sátrapa y un poco más, debe mucho a los vascos. Igual que el antifranquismo, la resistencia a la dictadura o la lucha sindical y por las libertades deben mucho a los vascos. Guerra civil, de nuevo. No lo olvidemos.
Juan Tellería, guipuzcoano y de Zegama, fue el autor de la música del Cara al Sol
El estrambote a esta introducción, o lo que sea, es conocer que el ¡Arriba España! omnipresente en las celebraciones franquistas, es la traducción que el antedicho Sánchez Mazas hizo del sabiniano Gora Euzkadi! con idéntico propósito, enardecer a las masas con una consigna nacionalista fácil y resultona.
Así lo han asegurado los historiadores Fernando Molina y Xosé Manoel Núñez Seixas, en un coloquio moderado por Sara Hidalgo dentro del simposio anual del Instituto de Historia Social Valentín de Foronda.
Tiene su lógica si lo miramos desde el punto de vista del nacionalismo excluyente. En ambos casos diferencia a partidarios de enemigos, a españoles buenos y victoriosos de los malos y derrotados o, en el segundo caso, a vascos auténticos de los malos vascos. Como casi todos los gritos y consignas, buscan más señalar que unir.
Está el nacionalismo español a tope estos días. Vox y el PP se disputan a cara de perro el voto de milana bonita, de vivan las caenas, de los menas a sus países, de todo es woke aunque no tenga ni idea de lo que digo, de los pensionistas nos roban nuestro futuro y el inmigrante nuestro trabajo.
Da igual que les muestres hechos, datos, y verdades. No cuela. Es mentira. Eres un zurdo y ya te hemos hecho sitio en la cuneta. Ese es el nivel. Y España se rompe, cada y todos los días. Y el gobierno y el perro son traidores y ladrones y merecen el paredón. Nacionalismo y guerracivilismo.
El nacionalismo excluyente diferencia a españoles buenos y victoriosos de los malos y derrotados o a vascos auténticos de los malos vascos
Y en esa movida hay vascos que sostienen intelectualmente, ¿intelectualmente? Igual me he pasado, este chiringuito. Desde el insigne ciudadano de Amurrio, Santiago Abascal, pasando por Fernando Savater o Jon Juaristi, y otros menos relevantes pero igualmente vascos, que beben de las mismas prebendas de la derecha.
¡Ojo! Están en su derecho y seguro que tienen motivos para estar detrás y debajo del trumpismo patrio. Como algunos ex-socialistas requemados -Nicolás Redondo hijo o Rosa Díez, entre otros-, colaboradores necesarios, a los que siempre se les podrá ver interpelando desde el rencor a Pedro Sánchez por cualquier tema, pero a los que nunca les leerás nada, a Felipe González tampoco, sobre, no sé, Montoro, Feijóo, M. Rajoy o Aznar. Curiosidades.
Pero bueno pasemos de este colectivo de vascos por la patria ¡qué gran título para un programa de EDA TV! al otro, el de... ¿vascos por la patria? ¡qué gran título para un programa de ETB! Aquí el foco pasa por la pugna soterrada, la guerra asimétrica, el conflicto de baja intensidad, que mantienen las dos almas de la patria vasca. Andan Bildu y el PNV enganchados como perrillos por los huesos del euskera bajo asedio judicial, por el control de las fiestas patronales y por demostrar quién le saca más tema al gobierno de España con menos sexo anal.
Andan Bildu y el PNV enganchados como perrillos y por demostrar quién le saca más tema al gobierno de España con menos sexo anal
Y sí. Hay racismo y xenofobia en Euskadi. Se siente. La ruptura del consenso lingüístico, por citar un tema de candente actualidad, tiene un componente supremacista que consiste, en mi opinión, en blindar los puestos de trabajo públicos, es decir, los empleos seguros y muy bien remunerados, a una casta euskaldun y nacionalista. No hay nada de transversal en las propuestas de PNV y Bildu sobre el tema. Es la colocación pura y dura para los próximos 30 o 40 años. Y el mantenimiento de su base sindical, social y demoscópica. El resto atrezzo y fuegos artificiales. Coros y danzas.
Por lo demás, los incidentes contra los emigrantes no cesan. Desde el intento de linchamiento de un magrebí en Hernani al grito de Gora ETA! en las fiestas de San Juan, a la aparición de pegatinas con la frase “Moros fuera de España” y un dibujo que recuerda al del mapa con las flechas que se empleaba para reclamar el acercamiento de los presos de ETA pero a la inversa, o los insultos racistas en una txozna de una asociación de jóvenes bereberes en las fiestas de Barakaldo.
Los nacionalismos vascos y español no solo se retroalimentan sin parar, sino que también, a veces, coinciden
Además, en redes sociales, los perfiles euskaldunes y racistas, proliferan. Entre ellos, algún insigne periodista abertzale que insiste, y coincide en eso con la extrema derecha española, en relacionar delincuencia con inmigración y raza. Como decía uno, los extremeños se tocan, con todo mi respeto a los extremos.
Así que sí. Los nacionalismos vascos y español no solo se retroalimentan sin parar, sino que también, a veces, coinciden. Gora Euzkadi! ¡Arriba España!