¿Acaso nos encaminamos hacia una burbuja inmobiliaria en Euskadi? La pregunta puede parecer desmesurada, pero entronca con la paradoja que se percibe en el mercado de la vivienda en tierras vascas.
Resulta que según todos los sondeos, incluido el Sociómetro del Gobierno vasco, la vivienda es la gran preocupación de la ciudadanía de Euskadi en estos momentos. Pero, al mismo tiempo, la compraventa de casas está por las nubes. Récord de operaciones pese al récord de precios.
Este mismo martes en Crónica Vasca les contamos cómo la firma de hipotecas registra su mejor dato desde 2011 en nuestra comunidad.
Y les contamos también que Kutxabank lideró el crecimiento de la banca de toda España durante el primer semestre gracias en buena medida a las hipotecas.
O, dicho de otro modo, el mercado de la vivienda iría viento en popa y a toda vela en Euskadi. Pero, al mismo tiempo, el Ejecutivo que lidera Imanol Pradales trabaja en una Ley de Medidas Urgentes para la vivienda porque, como ya se ha dicho, este es el primer problema para los vascos, en especial para los más jóvenes.
Así las cosas, tan paradójicas, insisto, habrá que concluir que las operaciones de compraventa de vivienda, con sus consiguientes hipotecas, se han disparado porque los tipos de interés están bajos. Y habrá que colegir también que los compradores están aprovechando esta circunstancia antes de que vengan peor dadas.
En suma, estaríamos caminando entre temores y prisas hacia el estallido de la citada burbuja inmobiliaria.
O quizás, en realidad, la respuesta al embrollo se llama brecha. Me refiero a la brecha entre lo que parece y lo que pasa, entre la opinión pública y la realidad, entre los más necesitados y los más acaudalados, entre los jóvenes y los mayores.
No es sencillo encontrar la explicación, pero los datos son más que llamativos. Paradojas en tiempos de confusión. Y les dejo ya. He quedado para ir a ver un piso.