Artolazabal admite que las bases del modelo vasco de Prisiones tardarán años en asentarse

Con un año de la transferencia de Prisiones a Euskadi a punto de cumplirse y en el mismo día que se juzga el caso Sansoheta, la consejera Artolazabal ha comparecido este lunes ante los medios para hacer su particular balance del primer año con las cárceles de Euskadi en manos del Gobierno vasco. Los primeros 365 días del Ejecutivo autonómico han estado marcados por dos grandes piedras en el zapato del Ejecutivo: los problemas para encontrar contratistas dispuestos a ejecutar las licitaciones que antes ofrecía el Gobierno central para más centros penitenciarios que los vascos -con miles de euros en compás de espera en contratos desiertos y relicitados- y la falta de personal, que ha estado cerca de poner en jaque a las cárceles.

La consejera ha admitido que el 'asentamiento' del modelo penitenciario vasco será cuestión de "años". Así lo ha reconocido la titular de Igualdad, que ha afirmado que sentar las bases de las prisiones vascas no será "una meta que se consiga en un año, ni tampoco en una legislatura; se necesitarán años de trabajo intenso, en la práctica y en la pedagogía, para conseguir el objetivo".

A lo largo de este primer año, Lakua ha concedido 457 terceros grados, de los cuales el 5%, 25, han sido para presos de ETA, aunque también se han denegado progresiones de reclusos de la banda terrorista, sobre los que Artolazabal ha insistido en que no tienen diferencia de tratamiento en las juntas técnicas que evalúan su progreso o no.

En su particular análisis de este primer año la consejera ha destacado que Aukerak -la agencia de reinserción creada por el Gobierno para los presos que ahora dependen del Ejecutivo autonómico- ha empleado a 331 reclusos (296 hombres y 35 mujeres) y ha firmado convenios de colaboración con nueve empresas que están dando trabajo a 150 personas (139 hombres y 11 mujeres).