Sin avances con ningún partido, la segunda ronda de negociación presupuestaria concluye lejos de alcanzar ningún acuerdo entre el Gobierno vasco y las formaciones de la oposición para ampliar los apoyos a los presupuestos autonómicos. La negativa del consejero Azpiazu a abordar una reforma fiscal -el titular de Economía y Hacienda ha reiterado este miércoles que "no es el momento" y ha sumado a sus razones para un 'no' la cercanías de las elecciones forales- no hace sino enconar todavía más las posturas de unos partidos que ya acudían con un listón alto para dar su 'sí' a las cuentas públicas.
Habrá una tercera ronda con los tres grupos parlamentarios, aunque por el momento los 'tira y afloja' de la oposición no han conseguido mover al Ejecutivo en ninguna dirección: ni hacia una rebaja de los impuestos como la que pretenden PP+Cs ni hacia un aumento de los impuestos a quienes más facturan como desean EH Bildu y Elkarrekin Podemos. El portazo del consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, a abordar una reforma fiscal en un momento preelectoral y de incertidumbre económica como el actual aleja la posibilidad de alcanzar un acuerdo con la oposición sobre los presupuestos vascos para 2023.
Las formaciones de la izquierda han insistido en que se ven "lejos" de un acuerdo. Desde EH Bildu, Maddalen Iriarte se ha encontrado hoy con una contrapropuesta del equipo de Azpiazu, pero lejana a su propuesta: la oferta de Hacienda amplia las cuentas en 54 millones frente al planteamiento inicial de Bildu, que pedía sumar 450 millones a las cuentas públicas. Iriarte ha insistido en que estudiarán la propuesta, pero se han mostrado descontentos por la ausencia de puntos claves para la coalición abertzale como la ampliación de Finkatuz, los propios cambios en la fiscalidad, el bono energético o las propuestas de mejora en Osakidetza.
Por su parte la morada Miren Gorrotxategi también ha recalcado la distancia de un acuerdo por parte de Elkarrekin Podemos. La coalición ha dicho verse "muy lejos" de un pacto tras constantar, en su opinión, que el Gobierno no ha hecho un "esfuerzo extraordinario" para acercarse algún tipo de acuerdo. Los morados también ha recibido una contraoferta de 41 millones frente a su ampliación en más de 500, pero también sin aspectos nucleares para la formación como la creación de una empresa pública de energía, aspiración histórica ya de la coalición.
Quienes han salido con más optimismo han sido precisamente los socios del Gobierno en la reforma fiscal de 2017: el PP. Tras su reunión, el parlamentario de PP+Cs Luis Gordillo ha declarado que sí que ve al Gobierno vasco con "margen de maniobra" para comprometerse a abordar una reforma fiscal en el marco de la negociación presupuestaria. La contraoferta de Azpiazu a populares y naranjas ha sido la más pequeña, de apenas 30 millones insuficientes para la coalición de derechas. La fiscalidad es una de las claves para unos populares que aseguran haber recibido una propuesta "inconcreta" por parte del Ejecutivo autonómico, al que emplaza a "recuperar el espíritu" del pacto de hace cinco años.