En casi tres años de legislatura y con las elecciones asomando en el horizonte, el ejecutivo de País Vasco, compuesto por PNV y PSE (PSOE), se enfrenta a una dura pero innegable realidad, su falta de aplomo para sacar adelante las normas a las que se comprometieron al inicio de su gobierno.
De las 36 planteadas, quedan todavía 19 por aprobar, por lo que el ejecutivo vasco solo ha sido capaz de sacar adelante un 47% de las que se comprometieron tras las elecciones de 2020 y la firma de su acuerdo de gobierno, quedando actualmente pendientes normas como la de Salud Pública; la de Memoria Histórica y Democracia de Euskadi; la Ley de Empleo público vasco; y la Ley de Educación. Siendo este último uno de los asuntos que más presión suponen para el gobierno por parte de otras formaciones como EH-Bildu.
Mientras, entre las sí aprobadas se encuentran la Ley de administración ambiental; la Ley de Cuerpos y Escalas de la Administración general; y la del sector público vasco, todas ellas aprobadas en solitario. Lo que no significa que PNV y PSE no hayan sido capaces de pactar con otras formaciones.
De hecho, en un momento u otro de su mandato, todos los partidos políticos presentes en el Parlamento vasco, incluido Vox hasta en dos ocasiones, han votado a favor para dar luz a un total de 22 leyes, en las que se incluyen los Presupuestos Generales del País Vasco y otras normas previas a las últimas elecciones.
Una historia que se repite
Cabe recordar que en su anterior mandato, también con la formación socialista, pero en aquel caso en minoría parlamentaria, desde el ejecutivo vasco solo previeron la aprobación de 28 normas, de las cuales solo 8 acabaron por ver la luz. Por eso, cuando a mediados de 2020 PNV y PSE se vieron con mayoría absoluta en el Parlamento vasco, mostraron un plan de legislatura, que muchas voces tildaron de “ambicioso”, el cual arrastraba buena parte de los no aprobados e incorporaba otros nuevos como la normal de Salud Pública.
Así, casi tres años después se han encontrado con una realidad muy diferente, y es que pese a tener mayor capacidad parlamentaria, y mejorar la proporción de leyes aprobadas, no han sido capaces de dar luz ni a la mitad de las normas a las que se comprometieron.
Por otra parte, respecto a las 19 pendientes, y con la sombra electoral muy presente, no parece que el ejecutivo de Íñigo Urkullu vaya a poner el foco en su aprobación, y como ocurrió en la anterior legislatura, muchas de estas ocuparán el nuevo plan de gobierno de la formación política.