PNV y PSE apuestan por la "colaboración" con el Gobierno central respecto a la acogida de refugiados

Los socios del Ejecutivo vasco, PNV y PSE-EE han acordado este jueves en el pleno del Parlamento una enmienda en la que apuestan por impulsar, "en colaboración" con el Gobierno central, un modelo vasco de acogida de refugiados, con el que ambas formaciones “confían” en superar las "polémicas y diferencias" que han mantenido en las últimas semanas en respecto a la construcción del Centro Internacional de Acogida de Refugiados en la antigua residencia Arana de Vitoria.

El texto, aprobado aún con el voto en contra del resto de grupos de la oposición, pretende “robustecer el modelo de integración de la población acogida a la protección internacional". De este modo, el Parlamento reafirma su apuesta por "la definición e impulso de un modelo vasco de acogida en colaboración con el Gobierno del Estado", un modelo ante el que PNV y PSE tienen visiones dispares, puesto que para los jeltzales ya existe, mientras que para los socialistas "está por definir".

El acuerdo, llega tras las tensiones que PNV y PSE habían dejado florecer respecto a la construcción de un centro, ante el que el PNV ya mostró su negativa, por no responder “al modelo de acogida” apoyado por su formación, y ha sido posible a raíz de dos mociones presentadas por Elkarrekin Podemos-IU y el grupo Vasco Popular-Ciudadanos, las cuales han sido rechazas. 

Los parlamentarios Íñigo Martínez y Carmelo Barrio durante el pleno del Parlamento vasco / EFE

Un dardo a la oposición

De este modo, aunque jeltzales y socialistas han sacado adelante esta enmienda conjunta, las discrepancias en torno a esta cuestión que existen entre ambas formaciones se han visto reflejadas durante las intervenciones de sus representantes, aunque han dejado claras también sus intenciones por superar este escollo que dividía al Ejecutivo. 

Así, según el parlamentario del PNV, Joseba Díez, el acuerdo permite a ambas formaciones “acercar posturas” en torno al tema de la acogida, y "poner en valor" lo que les une. Además, ha lanzado un dardo al resto de grupos de la oposición, asegurando que algunos “hubieran preferido” que los jeltzales y sus actuales socios mantuvieran “posiciones enfrentadas”.

Por su parte, Txarli Prieto, del PSE-EE ha alertado de la necesidad de evitar mensajes y posiciones que pueden alentar discursos xenófobos y ha indicado que el debate en torno a los modelos de acogida puede ser "edificante", siempre y cuando se haga desde la "prudencia" para evitar la "estigmatización" de las personas refugiadas y demás migrantes que llegan a Euskadi.

La consejera de Justicia, Igualdad y Políticas Sociales, Nerea Melgosa, durante el pleno Del Parlamento vasco / EFE

Las mociones de PP y Podemos, rechazadas

Desde la coalición progresista, y con la suma de EH-Bildu, el parlamentario Íñigo Martinez Zatón instaba tanto al Ejecutivo vasco como al Gobierno de España a "avanzar en la coordinación interinstitucional para la atención en la acogida a personas solicitantes de protección internacional", y pedía la transferencia “completa” de estas competencias. 

Por parte de los Populares reclamaban a ambos gobiernos la constitución de una mesa de diálogo, en la que pudieran participar instituciones forales, locales y de agentes del tercer sector, en torno a la política de migración y refugio, "con el fin de diseñar un modelo adecuado de gestión de recursos y proyectos de acogida".

De este modo, el parlamentario del grupo Vasco Popular-Ciudadanos, Carmelo Barrio ha defendido el contenido de su moción y a afirmado no saber "si hay o no modelo" de acogida, pero sí ha aseverado, "que lo que no hay es diálogo", por lo que ha pedido a ambos gobienros, "que hablen sobre cómo hacer un centro respondiendo no a modelos, sino a necesidades".

También, desde EH-Bildu, han mostrado su "preocupación", por el "uso electoralista" que se ha tomado con este tema, ante lo que la parlamentaria de la formación, Nerea Kortajarena, ha reprochado a los socios del Ejecutivo vasco su escaso "nivel político" ante una "disputa" que ha acabado tomando unas fines "electoralistas".