Igual que en los tebeos de Asterix y Obelix la aldea de estos personajes era el único territorio de toda la Galia que no estaba ocupado por el Imperio romano, en Euskadi hay dos pequeños municipios que mantienen todavía gobiernos del PP vasco. Situados en la Rioja Alavesa, las localidades de Navaridas y Baños de Ebro, con 209 y 286 habitantes respectivamente, según el último censo de 2018, son los últimos bastiones populares en Euskadi, en una región con una cultura política en cierto modo diferente al resto de la comunidad autónoma.
Es verdad que son dos localidades con poca población, por no decir mínima, dentro de los casi 2,2 millones de residentes de País Vasco. Pero no por ello deja de ser interesante cómo el Partido Popular se ha mantenido presente en la vida política de estos pueblos y ha creado su propia isla de la derecha constitucional y española, dentro de un mar dominado por el nacionalismo del PNV y el soberanismo de EH-Bildu.
Cercanía antes que política
Aunque Navaridas y Baños de Ebro son los últimos pueblos con Ayuntamientos del Partido Popular, no son los únicos en los que la formación de Salazar y Carlos Iturgaiz es la fuerza más votada. Esto ya ocurre en otros dos municipios de la Rioja Alavesa: Labastida, con 1.445 habitantes; y Laguardia, con 1.505, ambos con mayoría del PP, pero gobernados por el PNV con el apoyo de Bildu, y en donde, según Salazar, el PP necesita conseguir mayoría absoluta para poder gobernar porque de otra forma los dos partidos vascos se asocian para evitar un gobierno de los populares.
Pese a esto, la secretaria general en Álava se muestra convencida de que en los comicios municipales del próximo 28 de mayo sus candidatos conservarán sus alcaldías en los dos ayuntamientos donde ya gobiernan -Baños de Ebro es de los populares desde hace décadas-, y lograrán recuperar las de estas localidades ahora comandadas por el nacionalismo. Especialmente confía en Labastida, donde “no están creyendo por el pueblo y presentan a gente de fuera, mientras nuestro candidato, Dani García, es un vecino de allí que lleva cuatro años luchando en la oposición”.
Para Salazar la clave está en la cercanía con los habitantes de estos pueblos donde todo el mundo se conoce. Si estos “ven implicación por parte de quienes están gobernando” y ven que estos “no miran por sus intereses sino por los del pueblo”, seguirán brindándoles su apoyo, siempre y cuando sigan trabajando “por mejoras urbanísticas, en las calles, y por atraer inversiones y turismo al pueblo”.
30 años con el PP
Podría decirse que Baños de Ebro es como un animal mitológico dentro de la política y la sociedad vasca. Un pueblo con menos de 300 habitantes que en los últimos 30 años sólo ha visto gobiernos del Partido Popular, en esta última legislatura, de la mano de Francisco Javier García Pérez, vecino de 65 años y candidato también en estos comicios, que asocia el éxito popular en su municipio no solo a la gestión de su equipo, sino también a la realidad de todo pueblo pequeño, en donde influye casi más el vecino que la formación política.
Así lo señala García Pérez, conocido por los vecinos como "Pacheco" y que lleva toda la vida en Baños de Ebro. Admite que ciertamente el hecho de que sea un vecino con tanto recorrido en el pueblo tiene mucho que ver con su éxito electoral en las pasadas elecciones y con su aspiración en estos comicios por mantenerse en la alcaldía. Algo que no parece muy complicado, teniendo en cuenta que de los 7 concejales actuales, 4 son del PP, 2 del PNV y solo 1 del PSE-EE.
Una opinión compartida por el alcalde de Navaridas, Miguel Ángel Fernández González, en el cargo desde hace 12 años y con todas las papeletas de renovar por una nueva legislatura el 28 de mayo. Admite también que la cercanía con el pueblo es fundamental y que en el caso de Navaridas, al ser listas abiertas todos pueden presentarse libremente al ayuntamiento.
En esta línea, él asocia su permanencia a las gestiones hechas durante su mandato, las cuales, "aunque sean algo tan simple como poner un banco", o promover la actividad de las pequeñas bodegas de la zona, implican mucho para su localidad pese a que en ciudades y poblaciones más grandes puedan pasar mucho más desapercibas. Aunque no está de más decir que las bodegas de estas localidades son algunas de las más premiadas de toda la región vasca.
Con todo esto, es destacable como el Partido Popular en una época en la que el PNV le arrebata cada vez más votos, consigue mantener estas dos pequeñas localidades de la Rioja Alavesa que, pese a no alcanzar los 500 habitantes, son el reflejo de cómo el PP acumula voto en Álava y este territorio de Euskadi.