Cada vez es más seguro que la victoria de EH-Bildu en Vitoria y Gipuzkoa las pasadas elecciones del 28 de mayo no fue más que algo momentáneo, y que el mapa político de Euskadi finalmente tendrá pocos cambios sustanciales respecto a quién gobierna en los tres territorios y en las principales localidades de la Comunidad Vasca. La coalición soberanista está a un paso de quedar, de nuevo, relegada a un segundo plano a pesar de haber sido la fuerza más votada. 

Esto, lejos de ser una sorpresa, se debe a que el PNV y el PSE-EE están muy cerca de firmar un nuevo pacto para gobernar en conjunto aquellas instituciones donde la izquierda abertzale consiguió más votos el pasado domingo, y así neutralizar a la formación soberanista, que únicamente puede apoyarse en el poco poder que conserva Elkarrekin Podemos tras su adebacle electoral. 

Así, jeltzales y socialistas previsiblemente cerrarán mañana este acuerdo que se aplicará en gran parte de los Ayuntamientos de Euskadi, además de la Diputación General de Gipuzkoa. De hecho, este jueves el Parlamento contaba con una atmósfera diferente a la habitual, dominada por las muchas ausencias dentro de la Cámara vasca, de aquellos que, probablemente, estarían reunidos ultimando los detalles para este u otros pactos postelectorales. 

Firmado este acuerdo, Gipuzkoa, donde la candidata de EH-Bildu, Maddalen Iriarte, se impuso con 22 diputados, acabaría en las manos de Eider Mendoza (PNV), que solo logró 17, pero que con el apoyo del partido socialista alcanzaría los 24. Aún así, en este caso -asumiendo el apoyo de Elkarrekin Podemos a Iriarte- les seguiría haciendo falta el voto a favor de, al menos, uno de los tres escaños que logró el PP, y la abstención de los otros dos. 

Un escenario similar al que se va a producir en Vitoria, solo que en este caso con la candidata socialista, Maider Etxebarria a la cabeza y no con la jeltzale, Beatriz Artolazabal, que quedó relegada a un cuarto puesto. Así, en el Ayuntamiento de la capital alavesa, PSE y PNV necesitarían, al menos, de la abstención del PP o de los votos a favor de Podemos, para hacerse con el Consistorio. 

"Desprecio" hacia el PP

Sin embargo, pese a ser una formación indispensable para que PNV y PSE puedan hacerse con muchos de estos Ayuntamientos, el Partido Popular va a quedar fuera de este pacto y, como mucho, será un socio puntual en algún que otro municipio, pero en ningún caso como parte del gobierno. Una postura que este jueves han compartido tanto el presidente del PNV de Gipuzkoa, Joseba Egibar, como el secretario general del PSE-EE, Eneko Andueza.

Este rechazo por parte de ambos partidos no ha sentado demasiado bien a un PP que desde el primer minuto se ha mostrado abierto a negociar su apoyo a aquellas candidaturas que permiten dejar a Bildu son la dirección de numerosas instituciones por toda Euskadi. Así, la presidenta del PP en Gipuzkoa, Muriel Larrea, ha calificado de "desprecio" y "arrogancia" la postura de jeltzales y socialistas, contra los que ha aseverado que estas no "son maneras de tratar" a quienes pueden "asegurar la estabilidad de un gobierno".

En esta línea, Larrea ha asegurado que "su voto no es gratis" y ha criticado que PNV y PSE, "ni si quiera vayan a acercarse a negociar" con su formación "por el "qué dirán", ante lo que ha señalado que su "responsabilidad" es hacer valer el voto de la ciudadanía, pero que sus apoyos tendrán condiciones. Así, ha aseverado que el PP no tiene vocación de ser "ni los tontos útiles, ni los despreciados agradecidos".