Este viernes, después de casi un mes con las negociaciones paralizadas, los sindicatos de la Ertzaintza (Erne, Esan, Euspel y Sipe) se vuelven a reunir con el Departamento de Seguridad para tratar de darle salida a un conflicto que ya empieza a preocuparle, y mucho, al Ejecutivo de Iñigo Urkullu. Aunque la unidad sindical ha confirmado su asistencia a la Mesa de Dialgo, lo más probable es que no se encuentren soluciones, sobre todo porque la propuesta de mejoras ya ha sido rechazada por los representantes de la Ertzaintza.
As verdad que el mero hecho de retomar estos encuentros es algo positivo, y desde la unidad sindical ya han asegurado en varias ocasiones que atenderán a todas las citas que desde el departamento que dirige Josu Erkoreka propongan por solucionar este conflicto cada vez más enquistado. Sin embargo, hay puntos en los que parece que ninguna de las dos partes va a ceder y que llevan semanas estancando los conversaciones.
En concreto, la subida salarial lineal para todos los agendes de la Ertzaintza es una exigencia que desde el Gobierno vasco han valorado como imposible desde la legalidad. Erne, Esan, Euspel y Sipe, así como el movimiento asindical 'Ertzainas en Lucha', piden aumentar los sueldos en 1.100 euros para equipararlos a los del resto de cuerpos de policía locales, pero esta se trata de una medida completamente rechazada por Seguridad, y seguramente sea uno de los debates protagonistas en la reunión de este viernes.
Un punto que, sin embargo, no es valorado de la misma forma por los diferentes sindicatos, mientras que para Sipe es prácticamente una línea roja, otros colectivos como Esan optan por dirigir su atención a otro tipo de exigencias: como la renovación del acuerdo regulador de la Ertzaintza; la mejora tanto de las condiciones laborales como del material y las herramientas dedicadas al trabajo policial; o la formación de los agentes en materias que desde la unidad sindical ven indispensables.
Relación de amor-odio
Durante semanas -podría hablarse ya de meses- el conflicto entre la Ertzaintza y el Ejecutivo vasco ha pasado ya por escenarios muy diversos. Primero las conversaciones iniciales; los desencuentros entre Erkoreka y los sindicatos; y la aparición repentina de 'Ertzainas en Lucha', que parece vivir una relación de amor-odio con la unidad sindical.
Este colectivo, del que no se conocen ni los impulsores ni los líderes ideológicos, y sobre el que hay todo tipo de teorías hasta ahora generalmente infundadas, ha pasado de ser bastante rechazado por parte de los sindicatos, a excepción de Euspel, a convertirse en un factor de peso dentro de las negociaciones, pese a que no forma parte de la Mesa de Diálogo y no participará en la reunión de este viernes.
De hecho, cuando 'Ertzainas en Lucha' convocó aquella primera movilización en Bilbao, centrada en esa subida salarial de 1.100 euros que todavía reclaman, los sindicatos se mostraron bastante desconfiados hacia esta nueva plataforma, sin embargo, pocos días después ambos colectivos participaron juntos en las caravanas de vehículos que colapsaron brevemente las entradas a las tres capitales vascas.
Sin embargo, de esta supuesta unidad volvieron a pasar al distanciamiento. El Ejecutivo vasco comenzó a señalar a los sindicatos y a excusarse en que estos se habían retirado de las negociaciones por la presión ejercida por este colectivo asindical, ante lo Erne, Esan y Sipe comenzaron a guardar más distancias pese a que seguían siendo partícipes de las movilizaciones y las protestas.
Pero finalmente, y para desgracia del Departamento de Erkoreka que estaba aprovechando esas supuestas disidencias, la unidad sindical y 'Ertzainas en Lucha' parecen ir unidos al encuentro con el Gobierno, no físicamente, sino con un documento consensuado entre ambos colectivos de la policía vasca con diversas contra ofertas que esperan debatir este viernes para solucionar el conflicto antes de la salida del Tour de Francia desde Bilbao.