El Gobierno vasco afronta esta semana un escenario crítico y probablemente uno de los retos más relevantes de esta legislatura. El 'Grand Depart' del Tour está cada vez más cerca y a falta de unos pocos días todavía no queda claro qué va a ocurrir con el operativo de seguridad organizado para el trascurso de la competición. Como ya viene contando este medio, desde hace semanas el Ejecutivo está manteniendo un pulso constante contra los sindicatos de la Ertzaintza, que ante la pasividad y el "mal trato" del Departamento de Seguridad, amenazan por dificultar el paso del Tour de Francia por Euskadi.
Tras el accidentado encuentro del pasado viernes, en el que las centrales sindicales de la policía vasca: Erne, Esan, Euspel y Sipe se reunieron con miembros del departamento dirigido por Iosu Erkoreka, este martes cientos de agentes vuelven a movilizarse para exigir al Ejecutivo mejoras en sus condiciones laborales, una subida salarial lineal para todo el cuerpo de policía -que el consejero ve "imposible desde la legalidad"-, y sobre todo, ante la escalada de tensión vivida en los últimos días, para responder a "los ataques rastreros" del Gobierno vasco.
No se sabe todavía cuántos ertzainas marcharán este martes desde la cámara autonómica hasta la sede de Lehendakaritza, pero viendo los antecedentes de las últimas movilizaciones (como las más recientes ante el Parlamento o la del pasado 6 de junio en Busturia), es probable que la asistencia se acerque al millar de protestantes. De hecho, aunque no se atreven a hacer una estimación, desde la unidad sindical aseguran que los autobuses preparados llevar a ertzainas hasta la capital alavesa "están recibiendo muy buena acogida".
Sin embargo, mientras cientos de agentes llenas las calles al grito de "sin convenio no hay Tour", y pidiendo responsabilidad al lehendakari Iñigo Urkullu, y al consejero Erkoreka; las autoridades vascas parecen hacer oídos sordos a las protestas sindicales y desoyen gran parte de sus exigencias, incluso ante las amenazas de un posible boicot al paso del Tour por Euskadi.
Un escaparate empañado
El 'Gran Depart' es una de las principales apuestas del Ejecutivo para darle mayor visibilidad internacional a Euskadi - y ya de paso al nacionalismo vasco-. Un escaparate inmenso que bien aprovechado puede catapultar la imagen de la sociedad vasca entre los aficionados del ciclismo y de cara a celebrar más eventos deportivos de gran repercusión internacional en el futuro.
Así, esta disputa entre sindicatos de la Ertzaintza y el Departamento de Erkoreka puede tener grandes consecuencias en el trascurso de esta competición. Los agentes movilizados durante las últimas semanas y los representantes de la unidad sindical ya han amenazado varias veces de que, de no solucionarse el conflicto, cientos de agentes pueden pedirse la baja y dinamitar el operativo de seguridad preparado para las tres etapas que recorren tierras vascas.
Sin embargo, hay quienes parecen no tomarse muy en serio estas amenaza, o verlas como algo que no va a ocurrir. En el Ejecutivo vasco ya aseguraron que "confían en la profesionalidad" del principal cuerpo de seguridad de Euskadi y en que bajo ningún concepto van a "boicoterar" este evento.
Una postura que no solo existe en el Gobierno, sino también en otros partidos como el PP, donde su secretario general en País Vasco, Carlos Iturgaiz advirtió este lunes que el Tour es un "escaparate para Euskadi y para España", y pidió a aquellos ertzainas que se estén planteando pedirse la baja en las fechas de la competición que actúen con "racionalidad para poder protestar pero sin interferir" en este evento internacional.
Una racionalidad que Iturgaiz aseguró no ver "ni en la consejería, ni en el lehendakari ni en el PNV", en referencia a las muchas declaraciones lanzadas por diversos dirigentes jeltzales en los últimos días.
Unas afirmaciones que, de nuevo, llevan a Erne, Esan, Euspel y Sipe, junto con 'Ertzainas en Lucha' a movilizarse este martes en Vitoria "hombro con hombro y empujando en la misma dirección".