La pérdida de más de 100.000 votos en estas elecciones generales, casi un cuarto de los conseguidos hace cuatro años, supone para el PNV el mayor varapalo electoral sufrido en su historia reciente. La formación jeltzale se ha convertido en este 23-J en la segunda fuerza política de Euskadi, siendo superada en votos por el PSOE, algo que no ocurría desde 2008 con la candidatura de José Luis Rodríguez Zapatero por los socialistas.
Pero lo llamativo, más allá de los buenos resultados de sus socios del Gobierno vasco, está en la debacle sostenida y cada vez más preocupante del Partido Nacionalista y en la poca distancia electoral que desde este domingo guardan con EH-Bildu. La izquierda abertzale, la otra gran fuerza independentista de Euskadi, ha logrado sus mejores resultados desde 2011 y se ha quedado a mil votos de lograr el mayor número de apoyos de su historia.
Sólo mil votos
Como muestra el recuento electoral, el PNV ha logrado 275.782 votos y EH-Bildu se ha hecho con 274.676, una diferencia mínima entre ambas formaciones que deja así un panorama de lo más inconcluso de cara a las elecciones autonómicas que se disputarán el próximo año en Euskadi. En estos futuros comicios -que previsiblemente se celebrarán en mayo de 2024-, el PNV podría perder la Lehendakaritza e incluso podría quedar relegado a un tercer puesto por detrás de Bildu y el PSOE.
Pero realmente este escenario, aunque es posible, es también improbable. Especialmente teniendo en cuenta la manera en que la ciudadanía vasca varía su apoyo electoral en función del contexto. Igual que en estas generales buena parte del voto que habitualmente recibía el PNV ha ido hacia el Partido Socialista -respondiendo al llamamiento de Pedro Sánchez para evitar un gobierno de la derecha y la ultraderecha-, en las autonómicas de 2024 cabe también la posibilidad de que los jeltzales recuperen parte de este apoyo perdido, sobre todo ante el rechazo de un posible gobierno de EH-Bildu en Euskadi.
Unas autonómicas con todo en el aire
Pasadas las generales -y a falta de que se constituya un Gobierno o se decida repetir las elecciones-, la batalla entre el PNV y EH-Bildu no ha hecho más que empezar. En menos de un año ambas formaciones políticas volverán a enfrentarse para demostrar cuál de ellas es la fuerza independentista con más apoyos dentro de la ciudadanía vasca.
Según explica la politóloga Ainara Villaño -técnica de Asuntos Públicos en Silvan&Miracle-, aún es pronto para vislumbrar qué pasará en las autonómicas de 2024, y los resultados de estos futuros comicios dependerán en gran medida de "cuál sea el tema de las elecciones".
Explica que las campañas electorales "las gana quien decida cuál va a ser el tema y el eje político sobre el que giran los comicios", y en este caso, si los partidos nacionalistas logran que la campaña gire en torno a "temas de ámbito nacional" como el estatuto o los traspasos de competencias, "conseguirán dar las elecciones la imagen de una pugna entre Bildu y el PNV".
Pero antes, el Partido Nacionalista debe hacer autocrítica y valorar las causas que le han llevado a uno de los peores resultados de su historía. Según Villaño, la perdida de 100.000 que han sufrido los jeltzales se debe a que estos, "no han sabido responder y adaptarse a las nuevas necesidades de la ciudadanía vasca".
Apunta que, "desde hace tiempo", en la agenda política de Euskadi "están apareciendo problemas como Osakidetza o la vivienda que están desgastando al PNV", y si los de Andoni Ortuzar no encuentran una solución a estos temas, "las autonómicas del próximo año pueden estar más ajustadas de lo que han estado en los últimos años".
Así, aunque buena parte del electorado peneuvista ha optado por la abstención o por apoyar a otras fuerzas políticas -especialmente al PSOE-, los jeltzales tienen margen todavía para "reconectar" con sus votantes, y recuperar parte de ese voto perdido, sobre todo en Álava y Gipuzkoa, los territorios donde menos fuerza tiene actualmente.
Un ganador por provincia
Como recuerda Villaño, en este 23-J, cada una de las provincias ha tenido un ganador diferente. En Gipuzkoa "Bildu ha confirmado su hegemonía", mientras que en Bizkaia ha vuelto a ganar un PNV que se mantiene fuerte en este territorio, pero que, sin embargo, ha quedado como cuarta fuerza en Álava, siendo superado hasta por el Partido Popular, y donde el Partido Socialista se ha erigido como la propuesta política con más votos.
Este panorama deja varios escenarios posibles para 2024, y en caso de mantenerse las tendencias actuales, Bildu y el PSE podrían disputarse la primera posición; e incluso los socialistas "podrían tener una oportunidad", apunta la politóloga. Aunque en un contexto totalmente diferente al de estas generales, buena parte del voto que ha ido a los socialistas en este 23-J, podría volver al PNV.
Sin embargo, la opción que a cada momento toma más fuerza es la posible victoria de la izquierda abertzale. Si Bildu sigue mejorando sus resultados y los jeltzales continúan perdiendo apoyos, "no es descabellado que Bildu gane en 2024", "pero una cosa es ganar las elecciones y otra es conseguir gobernar", asevera Villaño, en referencia a los pocos apoyos electorales con los que contaría la coalición soberanista, en un escenario "todavía muy abierto".