En el PNV parecen haberse hartado de los ataques cada vez más habituales por parte de ciertos sectores de la izquierda abertzale, que asocian las tensiones actuales en Osakidetza y la Ertzaintza, entre otras, a la mala gestión del Ejecutivo vasco y otros gobiernos dirigidos por los jeltzales. Así, tanto el presidente del EBB del PNV, Andoni Ortuzar, como el lehendakari, Iñigo Urkullu, se han pronunciado en los últimos días en contra de las acusaciones perpetradas desde EH-Bildu y desde los sindicatos ELA y LAB. Ambos especialmente relacionados con la coalición soberanistas.
Los dos dirigentes jeltzales han salido en defensa de su partido para denunciar el "acoso" que están recibiendo el Gobierno vasco y el PNV por parte de "la izquierda abertzale extrema", como les definió Urkullu. Este, en una entrevista para Radio Euskadi, habló de un "ejercicio de contrapoder" liderado por Bildu y realizado con el objetivo de "desgastar" a su Gobierno, pese al "discurso buenista" que mantienen en las instituciones.
Unas declaraciones bastante similares a las que este martes realizaba Ortuzar en otra entrevista concedida a Onda Vasca. En este caso, el presidente del PNV, ha recordado que "todos los conflictos" estallaron durante las dos últimas campañas electorales del 28-M y del 23-J, y ha cuestionado que esto fuera una "casualidad" cuando justamente el aumento de la conflictividad social favorece "a quien se dice o quiere presentarse como alternativa al PNV". Una clara referencia a la coalición soberanista que, de hecho, fue la formación política que mejores resultados tuvo en cuento a lo que aumento de votos se refiere.
En esta línea, el dirigente del EBB ha acusado a Bildu, ELA y LAB de llevar a cabo "un diseño para que se avivaran y prendieran llama" a unos conflictos concretos, y luego vincularlos al PNV, para lograr así un rédito electoral a costa de dañar la imagen de los jeltzales y los gobiernos que estos dirigen. De hecho, en referencia al "ejercicio de contrapoder" al que se refirió el lehendakari, Ortuzar ha compartido que "en la práctica hay una acción combinada", por parte de estos dos sindicatos y la formación abertzale.
Algo similar a lo que denunció en su momento Urkullu, y que recordó este martes. El lehendakari habló de que algunas formaciones políticas realizaban una "estrategia dual" apoyada en "un discurso buenista" compartido en las instituciones, mientras que en las calles se llamaba a la movilización "de todo tipo de colectivos con el objetivo de acosar y desgastar al Gobierno vasco".
Una mano tendida al diálogo
Lejos de cerrarse en banda contra ELA y LAB, y consciente del poder movilizador que ambos sindicatos tienen -en la campaña de las elecciones municipales y forales Sabin Etxea se vio rodeado de numerosas manifestaciones convocadas por estos sindicatos-, Ortuzar les ha invitado a negociar, y en caso de no alcanzar una cuerdo, "que cada uno que haga las reivindicaciones y las fórmulas de manifestación que crea oportunas".
"Podemos entender que algunos sindicatos sean correas de transmisión de opciones políticas, está claro en Euskadi que es así, pero primero que hagan el esfuerzo de hablar, de sentarse a una mesa y de comprobar la voluntad real de diálogo", ha aseverado.
Pero esta oferta para sentarse a negociar no significa que en el PNV estén perdonando las acciones de la "izquierda abertzale extrema", sino todo lo contrario. Es realmente un nuevo punto donde los jeltzales están tratando de mostrar que le presión y el "acoso" no van a funcionar.
En concreto, Urkullu, aunque reconoció ser consciente de las "quejas" y del "malestar" social contra las políticas de su Ejecutivo, se mostró confiado en la capacidad del PNV para "sobreponerse" de unos malos resultados electorales, que tanto él como Ortuzar asocian en parte al "ejercicio de contrapoder" realizado por los sindicatos y Bildu, y que "con los tiempos políticos que vienen", seguirá llevándose a cabo.
Sin embargo, la realidad a la que deben hacer frente tanto el Ejecutivo de Urkullu como el PNV en su conjunto es muy complicada. Con Osakidetza en una crisis que parece no tener final, y con los sindicatos de la Ertzaintza prácticamente en pie de guerra desde hace meses, y con otros muchos sectores profesionales de Euskadi reclamando mejoras en sus condiciones laborales.
Todo esto, desemboca en un clima de máxima tensión donde ELA y LAB son protagonistas, y donde EH-Bildu, pese a mostrarse como un simple observador, es para Iñigo Urkullu y Andoni Ortuzar, el principal instigador de estas protestas, huelgas y movilizaciones que "casualmente" aumentan en los periodos electorales.