Segundo ataque en 24 horas. Y mismos destinatarios: las víctimas del terrorismo en general y Fernando Buesa en particular. Porque en esta ocasión el sabotaje se ha producido en el panteón familiar de la familia de Buesa, ubicado en el Cementerio de Santa Isabel de Vitoria.
Este segundo ataque se ha realizado con pintura negra y lo que parecen restos de heces. Los vándalos han esparcido ambas cosas sobre el panteón familiar donde está enterrado Buesa, asesinado por ETA el 22 de febrero de 2000 junto a su escolta Jorge Díez Elorza.
No es la primera vez que esto ocurre. Ya en 2020 se registró un ataque similar contra la misma tumba en el citado cementerio. En aquella ocasión, con pintura roja, como puede verse en la imagen adjunta.
Este mismo jueves se producía un ataque contra el monolito que recuerda a Buesa y Díez Elorza en el lugar donde fueron asesinados, en el campus de la UPV en la capital de Euskadi. En este primer sabotaje sus hacedores utilizaron pintura negra.
Condenas y rechazos
En el Ayuntamiento de Vitoria se han abordado estos hechos este mismo viernes. Y Bildu ha decidido no condenarlos. El resto de formaciones, PSE, PP, PNV y Elkarrekin Podemos, han aprobado juntos una declaración que no ha podido ser institucional precisamente por del desmarque de la coalición abertzale, que no la apoya porque incluye el término "condena" y apuesta por "rechazar" lo sucedido.
En esa línea, el propio coordinador general de Bildu, Arnaldo Otegi, ha mostrado en las redes su "absoluto y rotundo rechazo" a unos ataques que ha tildado de "auténtica provocación a la convivencia democrática en nuestro país" porque insultan a la memoria de Buesa. Más duro ha sido el lehendakari, Iñigo Urkullu, al expresar su "radical condena" a estos hechos.
Entre todas las reacciones destaca la de Sara Buesa, hija del dirigente socialista asesinado, que ha afirmado que "este nuevo ataque a la tumba me ha golpeado muy adentro". "Respiro mi dolor y me repito: que el hielo no penetre en mi corazón, que nunca deje de sentir ni pierda la sensibilidad ante el dolor ajeno". Y ha apostillado que "seguiré cultivando semillas de amor y compasión frente al odio y la barbarie".