Pedro Sánchez, secretario general del PSOE y presidente del Gobierno en funciones, se encuentra cada vez más cerca de revalidar su cargo al frente del Ejecutivo español. Tras el intento fallido del dirigente nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo -que fracaso después de que los populares solo lograran 172 síes de los 176 necesarios-, este miércoles ha llegado el turno para Pedro Sánchez quien, al contrario de lo que ocurrió con Feijóo, sí tiene asegurada la mayoría absoluta necesaria para ser investido presidente del Gobierno, con el apoyo de 179 escaños.
Para ello, Sánchez y el Partido Socialista -junto a Sumar- han alcanzado amplios acuerdos con los principales partidos independentistas de Euskadi y Cataluña: EH-Bildu, PNV, ERC y Junts, así como con el BNG y Coalición Canaria (CC), con una medida en particular, como es el impulso de una ley de amnistía, que ha provocado el rechazo y la movilización de buena parte de la sociedad española, en su mayoría, afín a las ideas del PP y Vox.
Precisamente por ello, la expectación ante el discurso de Pedro Sánchez estaba especialmente centrada en qué diría el candidato a presidente sobre esta futura ley. Una norma nacida de las negociaciones con los partidos independentistas catalanes y a la que Sánchez se ha referido abiertamente, hablando de esta como "una medida de gracia" cuyo fin es el de "superar la fractura que se abrió el 1 de octubre de 2017".
"En defensa de la concordia entre españoles vamos a conceder una amnistía a las personas encausadas por el Procés catalán. Esta es una medida que pide una parte relevante de la sociedad catalana, que aprueba el 80% de sus representantes políticos, así como una mayoría de las fuerzas políticas presentes en esa cámara" ha aseverado Sánchez, quien además, en referencia a las protesas protagonizadas por un importante sector de la sociedad española, ha dicho que respeta "enormemente sus emociones, pero las circunstancias son las que son, y toca hacer de la necesidad virtud".
"Perfectamente legal" y "acorde con la constitución"
Como ya se esperaba, buena parte del discurso de Sánchez ha girado en torno a esta ley de amnistía y la negociación con los partidos independentistas catalanes. Lo que, por consecuencia, ha hecho que el papel de las formaciones vascas en esta investidura, PNV y EH-Bildu, haya quedado en un segundo plano pese a que estas también son esenciales para que sacar adelante esta investidura.
Sánchez, ante las críticas impulsadas sobre todo por el PP y Vox, ha asegurado que su problema "no es la amnistía, sino que no aceptan el resultado electoral del pasado 23 de junio", tras lo que ha añadido que esta iniciativa "es perfectamente legal", "está completamente acorde con la constitución", y es similar a la de otras normas similares aprobadas en Europa. "Por mucho que se arropen en una bandera que es de todos, sabemos que a las derechas reaccionarias la amnistía le importa poco. Los poderes económicos que amparan a la derecha y la ultraderecha saben que la amnistía va a ser buena para la economía del país", ha señalado.
En esta línea, el dirigente socialista ha insistido en que este no es un momento "inédito en nuestra democracia", y ha recordado que "todo fue hecho antes por gobiernos del PP, los cuales concedieron 1.400 incultos en un solo día", a miembros de Terra Lliure durante una investidura.
Además, ha denunciado que "aquellos que lanza proclamas diciendo que se movilice toda España en contra de este malvado Sanchez, entregaron numerosas competencias a Gobiernos autonómicos de País Vasco y Cataluña cuando necesitaron sus votos para asegurar la gobernabilidad de España". Ante esto, ha criticado que "si lo hace la izquierda" parece " toda una violación a la patria".
Con esto, el candidato socialista ha asegurado que la amnistía "se va a aprobar con total transparencia y va a contar con todas las garantías jurídicas", y ha insistido en que no va a suponer "un ataque a la constitución del 78, sino una muestra de su fortaleza y su vigencia".
"Impulsamos esta media de gracia movidos por la esperanza fundada de que nos ayude a superar una crisis de la que nadie puede estar orgulloso. De que contribuye a mejorar la convivencia de este país a canalizar por una vía más sanas y más pacífica las aspiraciones políticas de unos y otros", ha aseverado.