Cinco años han sido más que suficientes para hacer que Osakidetza se convierta en la segunda mayor preocupación de la ciudadanía vasca. Solo superada por los problemas ligados al mercado de trabajo. Según el Sociómetro del Gobierno autonómico publicado este miércoles, el Servicio Vasco de Salud, visto en su día como una de las joyas de la corona de Euskadi figura como un problema para el 35% de la ciudadanía vasca. En 2019 solo lo era para el 7% y se encontraba en octavo lugar.
Las costuras del que otrora fuera un sistema incluso puesto como ejemplo para otros sistemas similares comenzaron a verse con la llegada de la pandemia de Covid-19. En 2021 esta irrumpió como un problema para el 39% de la ciudadanía, y el exceso de trabajo y el caos desatado con aquella crisis dejaron Osakidetza muy desgastada. Haciendo que la confianza de la sociedad vasca descendiera hasta los mínimos históricos que se ven hoy en día.
Ya en 2021, con lo peor de la pandemia superado, pero los efectos de esta todavía muy recientes y con graves consecuencias en el Sistema de Salud, Osakidetza, con un 18%, aparecía como la quinta preocupación de los vascos. Un porcentaje que al año siguiente ascendió hasta el 22% y que en 2023 ya estaba en el 35% actual.
Con las listas de espera todavía por los cielos, el lehendakari, Iñigo Urkullu, y la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, se comprometieron a reducirlas hasta los niveles de 2019. Y aunque en noviembre de 2023 el dato estaba en los 61,9 días para una intervención quirúrgica, y había descendido considerablemente desde 85 días que se debían esperar en agosto 2022, todavía queda mucho recorrido para volver a los 47,9 de antes de la pandemia.
Osakidetza, el lastre de Urkullu
En los últimos años el Servicio vasco de Salud no solo ha sido una de las mayores preocupaciones de la población, también lo ha sido del propio Ejecutivo vasco. Así lo reconoció el lehendakari, Iñigo Urkullu, en su último mensaje de Navidad de hace un año y en el de hace solo un mes.
Ya el 31 de diciembre de 2022, admitió la crisis en el sistema sanitario y, haciendo un ejercicio de autocrítica, aseguró que Lakua no iba a "escatimar esfuerzos" para lograr mejorar este servicio” con el objetivo de resolver los problemas que ya por aquel entonces "tensionaban" dicho departamento. Por ello, aseguró hace poco más de un año que la Atención Primaria y su mejora iban a ser prioridad absoluta en el 2023, pues "la salud es nuestro bien más preciado".
Sin embargo, lejos de mejorar la situación ha empeorado en el último año. Las largas listas de espera en la mayoría de centros de salud, la guerra cruzada entre el Departamento y profesionales de los diferentes territorios, la falta de recursos y médicos o el ‘desmantalemiento’ denunciado por sindicatos, pacientes y trabajadores de la Salud, han hecho que el escenario ‘dinamite’ y deje un clima hostil entre los diferentes actores que forman parte de Osakidetza.
Tanto es así, que las denuncias, protestas y manifestaciones han sido continúas dentro de la misma, desde los responsables de Emergencias hasta los encargados de las ambulancias. Bajo este contexto, y sumada a las convocadas ya los pasados 25 de octubre y 19 de diciembre, el sector público vasco -incluido Osakidetza- ha convocado una nueva huelga el próximo 12 de marzo con el fin de reclamar la recuperación del poder adquisitivo perdido, reducir las tasas de temporalidad del actual 40% al 8% y el fin de las privatizaciones, entre otras cosas.