Urkullu reprocha a Bildu que antes "apoyaba una estrategia de violencia que dictaba quién sobraba" en Euskadi

El lehendakari, Iñigo Urkullu, participa este viernes en el que previsiblemente será su último pleno de control al frente del Ejecutivo vasco. Una sesión en la que, ante una pregunta de la portavoz de EH Bildu, Nerea Kortajarena, ha sido especialmente duro con la coalición soberanista, acusándoles de "renunciar a sus ideas por puro cálculo electoral" y de, en el pasado, haber apoyado "una estrategia de violencia que dictaba quién sobraba y quién no" en el País Vasco.

El lehendakari, consciente de que su tercer y último mandato se encuentra en las últimas, ha protagonizado un pleno con un marcado toque electoralista donde Bildu y el resto de formaciones de la oposición le han reprochado los fallos en su gestión y los numerosos conflictos sociales que afronta actualmente Euskadi. Aunque, en el caso de la izquierda abertzale, las críticas han ido dirigidas a la incapacidad de los socios del Ejecutivo, PNV y PSE-EE, para sacar adelante políticas de izquierda y soberanistas. 

En su respuesta a Kortajarena, ha achacado a la coalición soberanista que defienda "solo lo aquello que les conviene" y "reparta carnés de con quién sí y con quién no se puede o no gobernar, como antes apoyaba una estrategia de violencia que dictaba quién sobraba y quién no" en Euskadi.

Así, Este más que probale último pleno de control -todo apunta a que las autonómicas se celebrarán el próximo 21 de abril y por tanto la convocatoria deberá hacerse en los próximos días-, se ha convertido, desde el primer momento, en un pulso entre Urkullu y el resto de fuerzas políticas. Especialmente la coalición abertzale que, según las últimas encuestas podría empatar e incluso superar en escaños al PNV en las autonómicas vascas de este 2024. 

El lehendakari, Iñigo Urkullu, y el consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, durante el pleno de control de este viernes / Legebiltzarra

Durante su intervención, el lehendakari ha echado en cara a Kortajarena que su partido pacte con quienes "no ganaron las elecciones" en Cataluña, Navarra Pamplona o Vitoria, cuando en el conjunto de Euskadi, durante las últimas tres legislaturas, han evitado apoyar a los Ejecutivo que él ha dirigido. "No han apoyado al Gobierno del partido que sí ganó las elecciones; no lo hicieron en 2012, en 2016 ni ahora", ha denunciado. 

Con esto, ha criticado que desde la formación abertzale "no aceptan la pluralidad de Euskadi, la representación institucional y las reglas de juego de la democracia si no responden a sus intereses", y ha sentenciado que el modelo de Bildu, aún siendo "asambleario y revolucionario, entre comillas", sigue siendo dirigido siempre por los mismos, "que toman las decisiones a la búlgara, y dejan al margen a quien se opone".

El 75% de las leyes aprobadas por consenso

El pleno de control de este viernes ha servido para que Urkullu hiciera gala de su gestión y se "despediera" con una defensa de su Ejecutivo. Un Gobierno que, a su juicio, se ha caracterizado por la búsqueda de consensos, y que ha logrado aprobar tres de cada cuatro leyes con el aval de, al menos, un partido de la oposición. Un 75% entre las que se encuentran las tres normas aprobadas este pasado jueves: la Ley de Infancia y Adolescencia, la Ley de Cooperación y Solidaridad, y la Ley Trans; además de la Ley de Cambio Climático aprobada la semana anterior. 

Todas ellas iniciativas parlamentarias que, sin embargo, fueron rechazadas por Vox. Formación representada por Amaia Martínez en el Parlamento vasco y que ha valorado de forma absolutamente negativa el balance del actual Ejecutivo. A su juicio, la situación de Osakidetza, la inseguridad ciudadana, las protestas de la Ertzaintza, el "blanqueamiento" de los presos de ETA y el "sectarismo ideológico" en materia lingüística, han marcado este último mandato de Iñigo Urkullu.

Este, sin embargo, ha incidido en que su balance coincide "con el que expresa la sociedad", y ha recordado que el 73% de la población, según los datos del último Sociómetro "muestra confianza en el Gobierno vasco".