Han sido unas últimas semanas especialmente ajetreadas para la Ertzaintza. Los partidos de las semifinales de la Copa del Rey del Athletic Club y la Real Sociedad, los cuartos de final de la Champions League que jugaron estos últimos, y las movilizaciones por el 48 aniversario de los sucesos del 3 de Marzo en Vitoria han recuperado un debate sobre el papel de la Euskal Polizia y la necesidad o no de repensar el modelo policial de Euskadi.
Todo esto se desarrolla en un momento donde los sindicatos de la Ertzaintza, tanto los que forman la Unidad Sindical (ErNE, ESAN y SIPE), como los que son ajenos a esta (Euspel y el colectivo asindical, Ertzainas en Lucha) se encuentran en un conflicto enquistado y paralizado desde hace más de un año con el departamento de Seguridad del Gobierno vasco que dirige el consejero Josu Erkoreka. Una pugna por mejorar las condiciones laborales, la formación y las retribuciones de la Policía Vasca que también pasa, sobre todo, por completar una plantilla de trabajadores que está considerablemente por debajo de los 8.000 efectivos establecidos.
La falta de agentes -en torno a 400 o 500 menos de los que debería haber en activo- puede no parecer un problema de especial relevancia si todavía quedan 7.500 efectivos dentro de la Ertzaintza. Pero esto, sumado a una parte del material "obsoleta" y unas formaciones "sin fondo", lleva a que en determinadas situaciones, como los eventos deportivos y las movilizaciones de los últimos días, el trabajo de los ertzainas sea especialmente complicado. Poniendo no solo en peligro su propia integridad física, sino también la de esa parte de la sociedad ajena al conflicto que puede salir afectada.
Para superar este problema, uno de los puntos base es la formación de los agentes, tanto en cuestiones como reciclaje de tiro, derecho u otros temas como las cuestiones de género. Así, el presidente de Euspel, Joseba Saralegi, en conversación Crónica Vasca incide en la necesidad de “tener actualizados” a los ertzainas. Asegura que la academia “no está tratando de hacer el trabajo que le correspondería”, y aunque existen especialidades como investigación, tráfico, o protección ciudadana, ahora “nadie se forma en algo concreto”, porque el Gobierno vasco busca "ertzainas multiusos".
Según denuncia Saralegi, es “indignante” que en las últimas promociones, los ertzainas salgan ya con la especialidad de tráfico y de investigación después de su primer año de trabajo. Un “escándalo” al que se suman hechos como que la Unidad de Acción de Rescate no esté reconocida como una especialidad; y que a los agentes de Protección Ciudadana, que son “los que hacen de todo” no reciban el reconocimiento que, a su juicio, merecen.
Trabajo "a destajo" para suplir las carencias
Respecto a la falta de efectivos, el dirigente sindical incide en que al Gobierno le "sale rentable" y que se está "sacando el trabajo a costa de esfuerzo e implicación. Explica que “juegan con las promociones que entran y con las jubilaciones”. Lo que provoca un desequilibrio que acaban pagando los trabajadores y que “se tapa” porque hay unidades “que trabajan a destajo” y numerosos agentes que durante su semana de libre van a trabajar. “Así sale el trabajo, los números, las estadísticas, y se vende en el Parlamento como que aquí no pasa nada, pero lo más grave es que al ser las horas extraordinarias de trabajo se computan con menos valor económico que una hora normal”, sentencia.
Otra de las principales reclamaciones de los sindicatos de la Ertzaintza gira en torno a las retribuciones y el salario de los agentes. En concreto, el presidente de Euspel -que junto a Ertzainas en Lucha ha hecho de este tema su punta de lanza- habla de “equiparación”. Mantiene que los ertzainas, en ese aspecto, están “discriminados” porque muchas policías locales cuentan con unos salarios considerablemente más altos que los de la Policía Vasca.
En concreto, un ertzaina, de media, cobra 2.037,86€ netos al mes, mientras que un agente en Muskiz, según los datos facilitados por Euspel, cobra 3.035,94€, 998,08 más que un ertzaina. La diferencia aumenta si miramos los salarios brutos: 2.693,80€ para un ertzaina y 4.013,14 para un policía en Muskiz, alcanzando una diferencia de 1.319,34€. Además, en comparación con los agentes de las tres capitales, el salario de estos también es el más bajo de los cuatro. En Vitoria, el sueldo de un policía es de 2,140,07€; en San Sebastián es de 2.482,88€; y en Bilbao es de 2.603,76€.
Negociaciones estancadas y presión callejera
La carencia de efectivos, la degradación de los materiales, la falta de formación y la cuestión de los sueldos son los principales puntos sobre los que han girado las negociaciones entre los sindicatos y el departamento de Seguridad. Negociaciones que, desde hace meses, se encuentran paralizadas y que prácticamente se están llevando a tres bandas. Con el Gobierno vasco a un lado, la Unidad Sindical en otro, y Euspel y Ertzainas en Lucha en otro.
Saralegi reclama una negociación “real e integral”, pero los avances son prácticamente nulos. La “crispación”; la transparencia que muestra Euspel a la hora de compartir información de lo que ocurre en la Mesa de Diálogo; la presión callejera que todavía siguen ejerciendo; y los altercados de los últimos días, llevó el pasado jueves a que el viceconsejero de Adminstración y Servicios, Ricardo Ituarte, pusiera en ‘stand by’ estos encuentros.
La relación entre Euspel y Ertzainas en Lucha ha tenido mucho que ver en la decisión del departamento de Seguridad. Este colectivo asindicial que surgió a inicios de 2023 con una movilización masiva en Bilbao -con cerca de 4.000 personas-, se ha convertido, según Saralegi, en "la voz del colectivo" y, en cuestión de un año, ha logrado movilizar a miles de ertzainas en sus diversas protestas.
Recuerdos del pasado
Más allá de estas negociaciones, que no tienen una repercusión tan directa en la sociedad vasca, muchas miradas están puestas en la Ertzaintza por los últimos altercados violentos vividos en Euskadi, por la llegada de un nuevo debate -impulsado por EH Bildu- sobre la reforma del modelo policial, y especialmente por las acusaciones de Erkoreka hacia la izquierda abertzale y su responsabilidad detrás de estos últimos incidentes.
Una presunta relación que el pasado martes también apoyaron muchos de los sindicatos, pero sobre la que Saralegi prefiere ser cauto. Aunque este, sí insiste en que estos actos "recuerdan al pasado". "En estos momentos lo que sentimos es que a los agentes cuando acuden a esos eventos se les deja desprotegidos y atados. No se les garantiza su propia seguridad y a la vez ellos no pueden garantizar la seguridad del ciudadano de a pie", protesta.
Por eso, pide que se encuentre la raíz y la motivación de estos incidentes para luego atajarlos en conjunto con los propios equipos de fútbol y el Gobierno vasco. Porque ahora, según denuncia el presidente de Euspel, "parece que los ertzainas tienen que asumir que se les tiren piedras y que se les rompa la tibia y el peroné", porque una pequeña parte de quienes acuden a estos eventos "han convertido este tipo de partidos en una fiesta de atacar a la Ertzaintza".